jueves, 1 de abril de 2021

El día del perdón y de la emoción

¡Qué raro para cualquier palencianero un Jueves Santo sin Romanos ni diana callejera...! Se despierta la gente asombrada con el silencio y la quietud en las calles. Esta mañana, muy temprano, alguien del wassapt familiar nos ha enviado un audio con la diana de la Centuria. Recién levantados, la Peque y yo nos hemos emocionado. 

En mi pueblo, la Semana Santa, la de verdad, comienza el Jueves Santo. Es el segundo día más grande de Palenciana, después del quince de agosto. Y el primer gran hito de ese día es contemplar el desfile mañanero de los Romanos, colorista, armonioso y marcial. Y musical. Los más perezosos, en pijama, se asoman a las ventanas de sus dormitorios para escuchar los tambores y las trompetas y atisbar el cortejo por entre las rendijas de las persianas. Para mi gusto, es éste el momento más deseado de este gran día. Y para mis hermanos, también. Luego se van sucediendo otros muchos, igualmente vistosos y bulliciosos: los ágapes -las convidás- en las casas de los "mandos"; el peregrinaje callejero detrás de los "soldados romanos"; el acto solemne -casi sagrado- de "sacar" la bandera de la Centuria... No hay en mi pueblo un acto social que concite más a la gente que éste de la bandera en la calle Sol. Si yo tuviese que elegir una seña identitaria que señale a cualquier palencianero diría, sin dudarlo, que en lo religioso, la Virgen del Carmen; y en lo lúdico, la Centuria Romana. Y todo ello impregnado y envuelto en los olores consabidos a borrachuelos, flores fritas y magdalenas. Y a la anochecida, el acto más solemne y de verdadero recogimiento espiritual: la salida del "Nazareno", un rostro tan humano, humilde y vulnerable que parece que te está mirando de verdad. Impresiona. Lo hacía cuando yo era niño y joven; y lo sigue haciendo ahora. Me mira. Y lo bueno de este Cristo es que no hay tristeza en su mirada. Ni reproche. Sólo piedad y perdón. Admirable.

De niño, además, el Jueves Santo era el único día en que nos librábamos los chaveas de regañuzas y alpargatazos maternos. "Te vas a librar por ser Jueves Santo" -nos sentenciaban nuestras madres. Costumbre que ha pervivido por los años. Esta misma mañana, la Peque me ha perdonado una de mis "fechorías" de ayer en la lista de la compra, que resulta que compré huevos de gallinas camperas, pero que venían de Galicia. "Anda, no te voy a decir nada porque hoy es Jueves Santo, pero vaya..." Pero es verdad. Cuando haces las cosas por obligación, sin ponerle la pasión necesaria, te puedes equivocar. Lo único que yo compro con verdadera pasión, con gusto y con frenesí son los pasteles, me cachis ya. Lo demás lo hago a desgana. Y se nota.

En nuestro primer año de seminario, los curas hicieron la probatura -la putada- de dejarnos sin vacaciones de Semana Santa. En su lugar, ejercicios espirituales. Un fiasco total. La murria se apoderó de todos nosotros, curas incluidos. Una eterna semana de velatorio sumidos todos en la tristeza y el sufrimiento. No hay derecho a someter a unos niños de doce años a seis meses de ausencia familiar y mundana. No volvió a repetirse, afortunadamente. No recuerdo haber llorado nunca de pena en el seminario, ni siquiera aquel primer día terrible en que te ves, de pronto, solo y abandonado en mitad de un paraje desconocido, extraño y abrumador. Pero ese Jueves Santo del año del Señor de 1965, sí eché mis lagrimitas. Por los borrachuelos de mi chacha Bibi; por las sábanas calentitas de mi abuela; por los abrazos de mi madre; por la mirada complacida de mi padre; por las pecas tan bonitas de mi hermana Josefa; por el son tumultuoso de los tambores a todas horas; por nuestro Nazareno, el Señor más bonito de todos los "Santos"...   

Jueves Santo en mi pueblo: emoción y perdón. Empieza abril con un día inmejorable: Jueves Santo. Y mi Peque vacunada. ¡Toma ya!

¡Feliz Semana Santa para todos!  

7 comentarios:

  1. Leshe!!!! Lo más emotivo que te he leído en mucho tiempo.
    Vaya como os manejáis los agnósticos.
    Yo también soy un converso de la Semana Santa.
    Hoy he visitado las imágenes en sus iglesias.
    !Algo tendrá el agua cuando la bendicen!!

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    1. La emoción es un sentimiento más poderoso que la propia razón. Y además, va por libre. La mayor parte de las actuaciones que componen nuestra conducta diaria las dicta la emoción. Incluso aquéllas que creemos concienzudas y muy bien pensadas. Un abrazo, Ardino.

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  2. Manuel Jurado, como haces tú aquí, entonó en varias ocasiones un sentido lamento por ese miserable confinamiento en la Semana Santa de vuestro primer curso de seminaristas.
    Pero no nos comentó que os endosaran unos ejercicios espirituales oportunistas.
    Los detalles de la Semana Santa de Palenciana los tengo más próximos en mi imaginación, pues coinciden con los que yo recuerdo de la Semana Santa de Montoro.
    No obstante, mi desapego a esas tradiciones supongo que se deriva de mi desarraigo infantil. Además, la capacidad de emocionarse, entusiasmarse o ponerse sentimental suele ser más propia de los signos zodiacales de agua que del mío.
    Abrazos sin veneno (de la vaca inmunda, claro).


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    1. Pero yo soy Escorpio, que es de tierra firme y árida. Jajaja. Un abrazo.

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    2. Pero yo soy Escorpio, que es de tierra firme y árida. Jajaja. Un abrazo.

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  3. Escorpio es un signo de agua, aunque el escorpión se desenvuelva en pedregales y terruños. Cáncer y Piscis también son signos de agua, mientras Acuario lo es de aire, con Libra y Géminis.
    De nada.

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    1. ¡Anda! Pues muchas gracias. Así, sí que me cuadra todo. Porque yo me considero un sentimental.

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