sábado, 5 de diciembre de 2020

¡Que viene la vacuna...!

Vamos a ver si soy capaz de exponer con una jerga que no resulte muy pedregosa los entresijos de la tan ansiada vacuna.

Empezaré por decir que las vacunas contra el Covid 19 que ya están a punto de ser aprobadas para su uso, la de Pfizer y la de Moderna, utilizan un nuevo método. Que dicho procedimiento llevaba ya años en estudio pero que hasta ahora no se había utilizado. Y que muy posiblemente, esta tecnología haya sido la clave para acortar los plazos habituales. Porque es más rápida y reproducible que las previas.

Hasta ahora, la gran mayoría de vacunas están constituidas por gérmenes "atenuados" en su virulencia, o sencillamente muertos. Generalmente, como sabemos, son muy eficaces, y en algunos casos -muy pocos- pueden darse complicaciones, algunas de ellas severas. Dichas complicaciones se derivan de la exagerada o anómala respuesta de nuestro organismo a "cuerpos extraños". A modo de ejemplo, las complicaciones más graves de la vacuna antigripal son la polineuritis, que puede dejarnos paralíticos para siempre, o la meningoencefalitis, que nos deja lelos o nos lleva directamente al responso del dies irae, dies illa. No obstante ello, conviene considerar que la propia gripe puede producir esas mismas complicaciones. 

Un repaso rápido a nuestra biología de Preu: Las células humanas son eucariotas (bien organizadas) y dedican su tiempo, como todo el mundo, a acomodar su guarida para preservarse del mal tiempo, buscar, consumir y almacenar víveres, y a reproducirse (pero, ¡lástima!, sin refocilamiento). El cerebro de toda esa actividad está encerrado en el núcleo, Santa Santorum del ADN. Ahí no entra ni Dios. Desde el núcleo, el ADN dicta las órdenes, que no es otra cosa que la fabricación de proteínas. Un gen, una proteína. La orden la transmite por medio del ARN mensajero que atraviesa la membrana nuclear y queda suelto en el citoplasma de la célula como una especie de copia simple de un teletipo cifrado en código secreto bastante similar al Morse, sólo que en vez de pitiditos este código emite señales químicas: citosina, guanina, adenina, uracilo. Los nucleótidos de la vida. Cada tres de éstos, en distintas combinaciones, un codón, codifica un diferente aminoácido. Esa receta es atrapada y traducida por los ribosomas, máquinas de fabricar proteínas ensamblando aminoácidos. Cumplida su misión, el ARN muere. Como la abeja cuando pica.

Las vacunas de Pfizer y Moderna no utilizan el sustrato de virus muertos o atenuados. Ahí está el quid. En el laboratorio, se ha aislado la proteína S, la que conforma la corona del virus, y se han secuenciado los aminoácidos que la componen. Como ya sabemos de antemano los tripletes de nucleótidos que codifican cada aminoácido, y en qué secuencia, maridamos tales nucleótidos y obtenemos una copia simple de una molécula de ARN mensajero. Éste, como huésped habitual, no genera alarma alguna en los porteros de la membrana celular, que lo dejan entrar libremente. De igual manera, los ribosomas "huelen" al mensajero y lo manejan como de costumbre: le leen la receta y se deshacen de él. Imposible que el ARN mensajero puede penetrar en el núcleo e interferir en nuestro genoma, porque las cargas electrostáticas de la membrana nuclear no lo permiten y porque el ARN mensajero es una molécula frágil e inestable que sucumbe una vez vaciada su carga.

Las proteínas S elaboradas de esta manera artificial son liberadas desde las células a la sangre y, como moléculas extrañas, despiertan las alertas de nuestro sistema inmunitario. Se produce el reclutamiento de células de defensa, linfocitos T activadores y linfocitos B, y la generación de anticuerpos. Éstos inactivan a las proteínas S que son fagocitadas por los macrófagos. A tomar por culo. Cuando meses o años más tarde, el Covid penetre en nuestro cuerpo y nos infecte, nuestro sistema inmune reconoce enseguida a las proteínas S de su corona y lo ataca antes de que se reproduzca y prospere.

Entonces ¿es imposible que aparezcan efectos secundarios graves? Impossible is nothing, dicen los guiris. No; no es imposible. Seguramente, menos complicaciones que con  otras, pero no podemos saberlo de manera cierta hasta que no se haya completado la fase III de los ensayos. E incluso más tarde. Pero, lo previsible es que las complicaciones graves, de ocurrir, sean excepcionales.

Ahora, vamos a otro escenario igual de maravilloso: la Ciencia conoce ya la secuencia de las proteínas de membrana de muchas células cancerosas. Podemos imaginar que no sea tarea difícil elaborar ARN mensajeros para esas proteínas, y fabricar así vacunas no contra los agentes infecciosos sino contra los cánceres. Por ahí van los tiros. Acojonante.

Cuando uno se para a pensar en estas cosas de los científicos se tira de los pelos. Hemos creado una sociedad facilona, devota de lo superficial y desdeñosa de lo auténtico y sustancioso. Se muere Maradona en loor de multitudes; los Messi y los Cristianos aclamados como salvadores, y donde más -tiene cojones la cosa-, en los países más pobres; políticos y allegados con mucho más beneficio que oficio... Y los científicos, hombres y mujeres, ratas de laboratorio, con un trabajo callado y abnegado, han sido siempre y lo seguirán siendo auténticos héroes sin capa, sin plata y sin el reconocimiento social que merecen. 

Contando estoy los días que faltan para vacunarme y contárselo enseguida a mi amigo Pedro Calle. Jajaja.  

 

18 comentarios:

  1. José Maria, no me he enterado muy bien. Esperaré a qué lo esplique tu colega Jesús Aguirre a ver si lo hace más claro que tu

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  2. José María gracias por esta clase magistral de biología y por el gran esfuerzo que has puesto en hacernos fácil su entendimiento. Al menos en mi caso me cuesta seguirte, me quedan muy lejos aquellas clases de biología de Preu y el profesor Manuel Navarro al que prácticamente olvidé, apenas acabó el curso.
    Tu consejo es claro, es mejor vacunarse con riesgo de algún efecto secundario, a medio o largo plazo, que el bicho nos lleve para adelante.
    Me siguen quedando muchas dudas. Dudas por el "origen" de la pandemia, por su rapidisima expansión y por el tiempo récord en que varios laboratorios han conseguido la vacuna.
    Las células procariotas necesitaron,aproximadamente, mil quinientos millones de años para evolucionar a células complejas eucarióticas. Hemos tardado tres millones de años en convertirnos en la especie más inteligente del planeta y ahora sólo unas décadas de años en ser capaces de manipular las células de nuestro organismo.
    Deberíamos reflexionar. ¿Nos están utilizando como conejillos? Los avances en biotecnología nos pueden aportar soluciones a nuestras enfermedades pero también pueden hacernos mucho daño.
    Recibe un fuerte abrazo.

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    1. Manolo, no puedo creer en conspiraciones. Creo en la Ciencia.
      Un abrazo.

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  3. Yo casi te sigo. Mucho más claro que leer el opúsculo de mi vecino dr biólogo sobre el principio de la vida en el planeta. Por lo demás yo también me vacunaré cuando me toque porque tengo una visión amplia de cómo funciona la ciencia. Y también por motivos éticos, porque la decisión de vacunarme o no afecta a toda la sociedad. En mi caso, si estoy vivo todavía se lo debo al progreso de la medicina en los últimos 50 años.

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    1. Creo, Pepe, que esa debe ser la actitud.

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    3. Muchachos, haya paz. Éste es un lugar de concordia. En efecto, no me había percatado de lo de dr. biólogo, pero en efecto, sobra. Sois personas mucho más próximas de lo que vosotros mismos creéis. De manera que pelillos a la mar.

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  4. Una magnífica exposición, de la mecánica que rige nuestro cuerpo amigo José María. Una descripción que nos pone de manifiesto, si yo no me equivoco, que somos un compendio de ejércitos, batallones de limpieza, obreros, y cirujanos diseñados con una precisión de reloj suizo.
    Y cuando vamos a la playa querido amigo, solo nos fijamos en lo externo sin detectar lo que se mueve por debajo de la piel.
    Yo también informaré a mis moléculas ARN por si las moscas, aunque después de lo vivido, igual ya he pescado algunos bichos muertos del COVID y tengo los centinelas al acecho.
    Un abrazo amigo José María.

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    1. Muchas gracias, Juan Martín. ¡Ojalá muy pronto podamos volver a escribir de otras cosas más gratificantes!
      Un abrazo.

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  5. Al Fili lo que es del Fili.
    Tu exposición es muy buena.
    Recientemente he leído un artículo en la misma línea de vacunas exitosas, (Moderna y Pfizer), aunque se admite que los experimentos en curso sólo tienen dos meses de evaluación.
    Se dice en dicho artículo que los antígenos que producen dichas vacunas son más altos que los que se obtienen de superar la enfermedad a pelo. Y que podrían ser más duraderos sus efectos de lo previsto hasta ahora. Se añade en el artículo que cuando los antígenos decaigan, bastará con volver a vacunarse.

    Suena bien, pero como dice Manuel, seremos cobayas de un experimento inconcluso, habida cuenta que para cualquier vacuna o medicamento se tardan, como mínimo, dos años en evaluar los efectos secundarios, tales como producción de alergias, rechazos, etc.

    En el mejor de los casos, entraremos en una dependencia química artificial, con inconvenientes como el debilitamiento de nuestro propio sistema inmunológico.

    Aunque yo no me vacunaré, me alegraría mucho que esta nueva tecnología farmacéutica funcionara sin apenas consecuencias negativas, ya que abriría la puerta a vacunas contra la gripe, el cáncer (como señalas), el sida y el évola, citando a las enfermedades más correosas a las que nos enfrentamos.

    La senda de la salud asistida ya está en marcha y ha aumentado la longevidad humana al menos en nuestras sociedades avanzadas.

    En numerosos comentarios del blog se habla de los inconvenientes de la contaminación y las diferencias abismales entre ricos y pobres, que genera hambre, pobreza, depresión, suicidios, etc.

    No estaría mal que a la hora de plantearnos una salud estable y natural, tuviéramos en cuenta estos desequilibrios globales y no sólo las recetas médicas alópatas, que muchos consideran la única forma de recuperar la salud perdida, obviando la naturaleza básica del cuerpo humano.
    Como verás, eludo comentar los desequilibrios que puedan producir las energías crecientes de los electromagnéticos gatitos, para las que no habrá vacuna posible.
    Paz y bien, hermano.

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    1. Muchas gracias, amigo Pedro, por el comienzo de tu reflexión. Posiblemente, no esté todo perdido en tu caso. jajaja.
      Verás: comprendo perfectamente las reticencias hacia un experimento tan novedoso. Claro que sí. La celeridad en la "creación" de esta nueva vacuna, a mi entender, ha venido determinada por varios factores: a) la necesidad de urgencia ante una catástrofe no conocida por nuestro mundo occidental. b) la competencia de la industria para llegar el primero. c) la nueva tecnología, mucho más reproducible. d) la ingente cantidad de dinero que los distintos gobiernos han inyectado a la Ciencia. Algo sin precedentes. La demora en la fabricación de vacunas "normales", en parte se ha debido siempre a la escasez de recursos económicos.
      La historia d e las vacunas desde que se inició con la viruela ha sido una leyenda extraordinaria, una historia gloriosa. No parece, a tenor de la misma, que las vacunas debiliten el sistema inmunológico, más bien lo entrenan y ejercitan.
      Comparto contigo el último párrafo en su totalidad.
      En fin, Pedro, que ojalá la ansiada realidad feliz que esperamos pueda algún día convencerte.
      Un abrazo.

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  6. Querido José María: gracias por este escrito donde tan bien y con tanta claridad e, incluso amenidad, explicas un tema tan candente. Aunque no entiendo muchas de los términos técnicos que empleas (yo tampoco estudie biología) no había leído sobre este tema nada tan bien explicado. Gracias y un abrazo. Como tú, yo tampoco creo en conspiraciones y si en la buena ciencia.
    Fco. Castro J.

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    1. Gracias, Fraski. Desde mi difícil posición de ateo, rezo para que todo este desastre acabe de una puñetera vez. Un abrazo.

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  7. El futuro de cualquier país está en apoyar los avances científicos, sí no avanzamos en el conocimiento, no seremos nada.

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  8. El ARN que es extraño a nuestros cuerpos y administrado por inyección, podría codificar para el ADN, que es igual de extraño, que puede entonces ser integrado en nuestros cromosomas.
    Por lo tanto, existe un riesgo real de que nuestros genes puedan ser alterados permanentemente. También existe la posibilidad, mediante la modificación de los ácidos nucleicos de nuestros óvulos o espermatozoides, de transmitir estas modificaciones genéticas a nuestros hijos.
    Las personas que promueven estas terapias genéticas, falsamente llamadas «vacunas», son aprendices de brujo y convierten a los franceses y demás ciudadanos del mundo, en conejillos de indias.
    No queremos convertirnos, como los tomates o los OMG (organismos modificados genéticamente) en maíz. Un gerente médico de una de las empresas farmacéuticas dijo hace unos días que esperaba un efecto de protección individual, pero que no deberíamos esperar demasiado impacto en la transmisión del virus y, por lo tanto, en la dinámica de la epidemia.
    Es una admisión disfrazada de que esto no es una vacuna. Y eso es el colmo.
    Estoy aún más horrorizado porque siempre he estado a favor de las vacunas y he presidido durante años los organismos que establecen la política de vacunas.
    Hoy, debemos poner fin a este plan extremadamente preocupante. Louis Pasteur debe estar revolviéndose en su tumba.
    La ciencia, la ética médica y, sobre todo, el sentido común deben recuperar la ventaja.
    Christian PERRONNE

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  9. Aquí no puedo callar, Pedro. Con todos mis respetos, este Chistian Perrone no tiene idea de biología al decir que el ARN puede modificar nuestro ADN. ¿No te has leído el artículo mío? No es que lo diga yo, es que está demostrado que el ARN no puede entrar en el núcleo celular ni, por supuesto, ser integrado en nuestro genoma. Es una falacia. Me quedo solo con la última frase. Ésa es la que debe aplicarse Christian Perrone.

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  10. Yo no sé si el ARN puede o no codificar el ADN. Tu posición en este tema es posible que esté avalada por estudios científicos irrefutables, a pesar de que en biología es complicado afirmar algo así. La Ciencia bioológica aún tiene mucho camino que recorrer. No insistiré en las patologías que la superan y en que "jugamos" con material genético en vacunas masivas sin suficiente experimentación, por primera vez.

    Perdona la disgresión. Lo que quería señalarte es que este tal Perrone ha sido durante muchos años el PRESIDENTE DE LOS ORGANISMOS QUE ESTABLECEN LA POLÍTICA DE VACUNAS en España, un enchufado, un cateto, seguro.

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