domingo, 8 de septiembre de 2024

El edén noruego.

 

Cuando Dios creó el Edén, ¿pensó en América?

 

No diré que no, no pondré en cuestión a Nino Bravo y su canción, pero tengo mis dudas. Nunca he visitado América. Miento, estuve durante veinte días en Brasil, estado de Bahía, con la Peque y mi hija de 6 años, pero hace tanto, que ni me acuerdo. Tal vez la isla de Itaparica pudiera compararse con el Edén bíblico. Tal vez. Y no negaré las sorprendentes bellezas paisajísticas en los grandes parques naturales de Norteamérica que podemos ver en programas de National Geographic. Vale. Pero si nos atenemos a lo que yo he visto, me parece que muchos parajes del territorio noruego fueron los modelos reales en los que Dios se fijó para plantar el jardín del Edén.


La Noruega natural y profunda que nosotros hemos disfrutado durante una semana de agosto debe ser lo más parecido al Paraíso Terrenal. Claro que se trata de un paraíso de sólo tres meses de duración, lo que dura el verano. El resto del año debe ser aquello un infierno helado, si se me permite el oxímoron. El dueño de todo ese paraíso es el agua, dominador absoluto del paisaje, tanto en los fiordos infinitos como en las grandes y espectaculares cascadas. Las aguas de los fiordos son mansas y transparentes y ni siquiera saladas, sino salobres, de tanta agua dulce como les entra por los ríos, escorrentías y saltos. Y amigables para el baño, según qué días. No hay mar picada ni rompientes espumosos, todo es calma chicha, una lámina infinita que se abre paso entre valles y montañas de un verdor insultante. Ríos de fuerza arrolladora y cascadas son elementos nivales procedentes del deshielo de nieves recientes y otras eternas de los glaciares, aunque nunca defrauda la lluvia, una paisana más, una circunstancia consuetudinaria. Allí no se necesita, como por nuestros lares, ir a buscar las cascadas, ellas te salen al encuentro. Im prezionantes, como diría nuestro ínclito torero Jesulín. Un subproducto de tanta obscenidad de agua es el manto vegetal de una exuberancia inenarrable. De vez en cuando, muy de vez en cuando, un solecito tibio y tímido se asoma a la pradera por entre los nubarrones amenazantes para hacerse notar un poco y nos alegra con sus piruetas de colores cambiantes y de claroscuros de fantasía.

En cuanto a fauna se refiere, no hemos visto gran cosa, desde luego nada salvaje, ni siquiera salmones saltarines, será que no es la época. Para ser un paraíso, tampoco hemos visto serpientes. Mujeres del paraíso, las Evas eternas, sí que hemos visto algunas, todas rubias y hermosas. Y manzanas, muchos manzanos, varios en cada jardincito. Manzanas del paraíso. Y sólo hemos avistado un Adán, uno solo, pero que hace por diez ¿quién va a ser? Mi hermano Manolo ¿quién si no?

Una semana de disfrute de la naturaleza, y no sólo de la física, sino también de la humana. Una convivencia hermanada de veinte criaturas sureñas comandadas sabiamente por un guía excepcional en lo organizativo y en lo vivencial. Míster Loúpez (según lo nombran por allí) es un hombre de oficio, pero también un hombre de corazón. Oficio al que hubo de echar mano y brazo para solucionar un serio problema de organización y darle una salida airosa. Corazón y honestidad han sido sus marcas referenciales. Ha sido el sumo sacerdote de una parroquia muy heterodoxa. Y como contrapunto, un ateo redomado, virtud ésta muy de mi gusto, pero no compartida por mucha gente de bien.

En cuanto a los demás, hemos sido, creo, unos participantes proactivos, nada conflictivos y muy disfrutones.

Es imposible no disfrutar en un ambiente natural y humano como el que hemos tenido. Ha sido la primera vez que he visto verdadero entusiasmo en la cara de mi amigo mister Painter (señor Pintor), un urbanita empedernido que sólo disfruta bicheando librerías. Con eso lo digo casi todo. Casi, pero no todo. Los hermanos García Ballesteros nos han sorprendido con una erudición enciclopédica paralela a la paciencia de sus santas esposas respectivas. Fraski Espadas y Jesús Paniagua han destapado las mejores esencias de su arte fotográfico para inmortalizar momentos mágicos. “El Carpin” ha descubierto una desconocida labor de auxiliar de cocina. Manolo, mi hermano Manolo, ha sido el hombre orquesta, el omnipresente, la mano derecha de Mr. Loupez y también el atolondrado pierdelotodo. Ana María Orellana, “La Sam” ha sido galardonada con el premio de Miss Simpatía, por sus divertidas ocurrencias y sus chistes malos. Mari Cruz ha lucido su tipito garboso y su gabardina a lo Lauren Bacall pese al temporal. Carmen y José Antonio nos han enseñado en directo cómo discutirlo todo en pareja sin tener que reñir por ello. Las parejas García - Molina y Zamora - Hurtado, primas y compañeras de cabaña, han puesto cordura y templanza allí donde hubo necesidad. Ellos, mandaderos y cocineros; ellas, andadoras incansables. Pronto Antonio Zamora se despojó de ese respeto reverencial con que aleja a quienes no lo conocen para convertirse en un chiquillo disfrutón. Y mi querida María Victoria, protagonista inesperada de la primera (y única) caída, quizás la más perjudicada en lo físico y algo quisquillosa ella, ha sabido hacer de tripas corazón y portarse como una jabata. Sin protestar por nada, algo realmente inusual. Lo de no protestar. Y mi Peque, mi musa, mi inspiración y mi antorcha que resplandece en la noche tenebrosa, allí donde esté ella, yo estoy en la gloria. Todos, menos yo, han dado la talla a la hora de escalar gateando hasta donde haya hecho falta. Hemos dormido en cabañas de ensueño en sitios de privilegio, comido en cualquier super comida precocinada y buena a un precio aceptable, disfrutado de sauna y baños en el fiordo congelado, contado chistes malos a través del walkie y “sufrido” la pertinaz lluvia de por aquí. Y un sol espléndido, ausente durante toda una semana, tuvo la deferencia de salir a despedirnos en el aeropuerto.

 

Una semana muy bien aprovechada y rematada con una comida de las nuestras ya en nuestra Málaga calurosa. Una experiencia para ser repetida.

(To be continued).

 

 

3 comentarios:

  1. Precioso lo q cuentas parece mientras lo lees q estas alli👏👏

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  2. Digamos que hay muchos Edenes y que uno, sin duda es Noruega. Lo importante, creo, no es el Edén en si, sino cómo lo percibe cada cual. Dicho esto si las imágenes son espe

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  3. Experiencia viajera digna de ser recordada por todos los participantes y sobre tpdp por uno cuyos dotes apenas se comentan en el relato: el narrador.
    Felicidades Fili, espero que no echaras de menos el golf.

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