miércoles, 11 de abril de 2018

Rectificación

De sabios es rectificar. Eso dicen. Yo creo que no es necesario ser sabio para eso sino simplemente decente.

Va y resulta que nada más publicar mi último artículo, el de hace dos días, sobre cómo era mi padre, me envía un wassapt mi sobrino Juan en su habitual tono cachondo para advertirme que la anécdota de su abuelo con Diego el dentista no debe ser atribuida a  mi padre sino a su otro abuelo, Manuel Cabeo. ¡La hemos liado! Me cachis en la mar. Desde luego que no ha habido por mi parte intención alguna de ensalzar a mi padre en detrimento del bueno de Cabeo, eso está fuera de toda duda. Simplemente que Diego me lo contó tal como yo os lo he referido y creyendo él también que Manuel Cabeo sería mi padre, porque no se acordaba del nombre, claro. Bueno, todos los males sean esos. No pasa nada. Es lo que tiene a veces la transmisión oral, que se pueden tergiversar sin malicia hechos y personas.

La verdad es que ahora que ya lo sabe uno, se me hacía difícil pensar que mi padre se dejase engatusar para ir al dentista.

Lo demás, lo de las multas, los pequeños siniestros y los pitos de los otros conductores, es todo suyo, ahí no hay tu tía.

De manera que al César lo del César. Sus dos abuelos, ambos ya fallecidos, se han desvivido de una manera muy parecida por ver colocado a mi sobrino Juan. Porfiaban en misas y plegarias convencidos de que la estabilidad laboral del nieto vendría de la mano divina. Pero, llegado el momento, Manuel no pudo desperdiciar la ocasión de agarrarse a la mano humana. Con mucho mérito además dado su carácter mucho más tímido e introvertido que mi padre. Bravo por Manuel Cabeo. Por un nieto, lo que haga falta.

1 comentario:

  1. https://josemorales1947.blogspot.com.es/2018/04/una-hoja-suelta-del-cuaderno-de_13.html?spref=fb
    Ayer fue una buena cerveza.
    Este es el blogs del que te hablé.
    Fue una fiesta nuestro encuentro de ayer. La semana que viene estaré pasando unos días en el Parral. Es un monasterio jerónimo donde me voy un par de veces al año. Allí vivo durante unos días la experiencia monacal.

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