viernes, 28 de enero de 2022

Crítica amistosa del negacionismo covidiano


"Todo aquello que el hombre ignora no existe para él. Por eso el universo de cada uno se reduce al tamaño de su saber". (Albert Einstein)


Como supongo que os sucede a todos, entre mis amigos y conocidos cercanos hay algún negacionista. Pocos, es cierto, pero alguno da mucha matraca. En algunas de estas personas predomina sobre todo el aspecto de anti vacuna, uno de los brazos colaterales más marcados en el negacionismo. Con todo, yo no veo asimilables ambos términos. Creo que hay personas antivacunas que no son negacionistas. No sé... Simplemente, no se fían de estas nuevas vacunas. Dicen que en cuanto salga al mercado la vacuna española, una vacuna de formato antiguo, de las de toda la vida, se la ponen. Bueno. Creo que son personas que ya de antemano se han posicionado, por lo general, en un situación de pensamiento que defiende la medicina natural y homeopática por encima de la medicina instrumental y agresiva. Consideran que es mejor protegerse con las defensas propias que inocularse sustancias extrañas, y se acogen a la desobediencia civil, al encontrar zonas de conflicto entre la legalidad vigente y la ética personal. Como veremos, la eficacia demostrada de las vacunas los deja con el culo al aire.

Los negacionistas "pata negra" que conozco son personas bien formadas y educadas que se encuentran firmes y seguras en sus convicciones. No sufren por sí, sino por los demás. Su gran problema existencial es comprobar que la mayoría de las criaturas nos comportamos como borregos asumiendo el relato oficial de los políticos y de los científicos, comprados por la industria farmacéutica. Creo que no es ofensa para ellos que yo los considere gente rara. Se posicionan de una manera inamovible en lo que vamos a llamar "La teoría general del negacionismo". Es como sigue: la pandemia (plandemia) tiene su origen en la creación de un virus artificial y maligno por parte de los poderes económicos y de la alta geopolítica, magnificado por la abusiva contaminación atmosférica de ondas electromagnéticas, con la intención clara de controlar y manipular la población mundial. Dichos poderes introducen de manera espuria sus tentáculos en los gobiernos de los distintos países y en los medios de "desinformación" de masas, principalmente las televisiones, para crear una alarma desproporcionada y así conseguir sus objetivos, esto es, nublar el conocimiento, adormecer conciencias y conducirnos al redil del sometimiento. No existe justificación real para ninguna de las restricciones impuestas a las libertades y derechos individuales. Todo es una farsa exagerada. El ala más extremista demuestra una ignorancia supina poniendo en cuestión incluso la existencia misma del virus, puesto que no se ha encontrado en el tejido pulmonar necrótico. Desconocen, pues, qué es entonces la PCR, sino una demostración del genoma viral, y que diagnosticamos, por ejemplo, una tuberculosis pulmonar solamente por la presencia del bacilo de Koch en el esputo sin necesidad de abrir los pulmones para encontrarlo. Las vacunas, claro está, no se libran de su feroz diatriba. Lejos de ser la solución, para los negacionistas son parte muy importante del problema. Las vacunas han producido incontable número de muertes y millones de casos de efectos secundarios muy graves. De estas cosas no nos enteramos porque es algo que no interesa a los poderes malignos que nos controlan.  Y no sólo eso: las vacunas son responsables de la supervivencia del virus entre nosotros. Sin ellas, la plandemia ya se habría diluido por sí misma. 

Desde la viruela hasta la actualidad, la mayoría de las vacunas conocidas han sido muy eficaces, han salvado millones de vidas y mejorado de manera evidente nuestra calidad de vida. Hasta ahora, yo creo que las vacunas tal vez hayan sido la herramienta más trascendental en la historia de la medicina. Y sin embargo, todas y cada una de ellas han tenido sus detractores, sus negacionistas de época. No creamos que es cosa nueva esto del negacionismo. A mediados del siglo XIX, cuando aún la viruela diezmaba la población mundial, surgió el primer movimiento antivacunas. Sus acólitos pintaban grandes carteles donde se ridiculizaba a los vacunados poniéndoles unos grandes cuernos en sus cabezas, como si la vacuna los fuese a convertir en vacas lecheras. Nihil novum sub sole. Ahora, algunos negacionistas creen que las vacunas de ARN mensajero portan unos microchips de control. Algo parecido a los chips subcutáneos de los canes. Otros van más allá y afirman sin pudor que en el ARNm han colocado material genético de extraterrestres para crear una especie híbrida entre humanos y seres celestes. Habemos gente pa to.

La realidad tozuda, sin embargo, nos muestra la falacia de estos alegatos. La Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, en su último informe del 5 de enero de 2022 nos dice que en España llevamos inoculadas 91.000.000 dosis de vacunas. Se han registrado 55.455 casos de efectos secundarios, de los cuales, 11.048 han correspondido a reacciones vacunales severas, lo que supone el 0,013%. Y 375 casos de muertes (el 0,0004%). Nunca en nuestra corta historia un fármaco o una vacuna han sido sometidos a la estricta farmacovigilancia que tienen las vacunas Covid. Cualquier otra vacuna, incluso fármacos "inocentes", como el Paracetamol o la Amoxicilina podrían presentar similares guarismos que las vacunas Covid, si se contabilizaran con tanto esmero sus reacciones adversas. A día de hoy, la letalidad del virus es menor al 0,14%. Las referencias oficiales del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias informan que la mayoría de las estancias en las UCI y de las muertes por Covid se dan en personas no vacunadas. Las referencias próximas que poseo de los hospitales andaluces son similares. Es cierto que las vacunas sólo protegen de la infección en un 70%, pero no lo es menos que protegen de la enfermedad grave y de morir por ella en más del 90%.

Honestamente, no me veo capacitado para analizar el fenómeno del negacionismo desde la psicología o la ética. Simplemente lo considero desde la fenomenología. Negacionismo, en términos técnicos, es una creencia que niega determinadas realidades, hechos históricos o naturales relevantes, cambiando la realidad por una falsedad más cómoda o conveniente. Y digo creencia, a conciencia, en vez de conocimiento, puesto que, al contrario que el relato oficial, el negacionismo no aporta datos científicos en sus proclamas, sino opiniones, puntos de vista, juicios de valor o interpretaciones "a su medida" de los datos científicos. Negacionistas clásicos son los terraplanistas (unos ignorantes), o los que niegan el holocausto o el cambio climático. En estos últimos casos, con evidentes motivos ideológicos o económicos, respectivamente. Sin embargo, el negacionismo covidiano me intriga sobremanera, porque se sale un poco del guion habitual. Sus argumentos, tan rebuscados y obtusos, no parecen cómodos ni accesibles, se acercan mucho al fenómeno de la conspiración paranoica. Y, sobre todo, me pregunto cómo se puede negar una realidad tan aplastante como la pandemia.

Por otra parte, y aún siendo un hombre conciliador, no puedo -ni quiero- despojarme de mi pasado médico al analizar estas cuestiones. Y me asombro de que existan personas con esta mentalidad. Les debo un respeto como personas que son, les reconozco sus esfuerzos por documentarse para respaldar sus creencias, y me maravilla su tesón. Naturalmente, no puedo compartir nada de estas cosas con ellas. He sido un hombre de ciencia, he vivido para mi profesión, he creído en la bondad de la ciencia porque he podido experimentar sus logros en mis pacientes. Cualquier negacionista de esta nueva hornada ha agradecido a la Medicina algún gran servicio, casi milagroso, en sus propias carnes o en las de sus allegados en los últimos cuarenta años. No me cabe la menor duda. Todos ponderamos muy al alza los logros de la tecnología y los servicios médicos modernos. Y, sin embargo, ahora ya no vale. La Ciencia se ha corrompido en manos de la Industria. Pues va a ser que no. Los investigadores de todas las disciplinas biológicas jamás han trabajado con tanta intensidad y dedicación como lo hacen ahora. ¿Y qué decir de los médicos? Lo han dado todo, algunos, hasta la propia vida, los demás, exhaustos hasta el achicharramiento. No puede ser que los negacionistas obvien algo tan evidente. Y aún pudiendo ser cierto que la Industria Farmacéutica haya buscado su propio lucro por encima de la ayuda a la humanidad, hemos gozado de la feliz coincidencia de ambas cosas, lucro y eficacia. A día de hoy, con el conocimiento que tenemos del terrible impacto de la pandemia en el terreno sanitario, económico y social, con más de cinco millones de muertos en el mundo (alrededor de 100.000 en España), entiendo que haya gente que crea que persistir -mantenella y no enmendalla- en la teoría negacionista es, cuando menos, un ejercicio de frivolidad chocante. Muy chocante.

Y la mayoría de la gente se pregunta cómo es que haya personas tan obtusas y aferradas a ideas así de peregrinas. Incluso científicos y médicos se cuentan entre el movimiento negacionista, al que alimentan con sus aportaciones "científicas". ¿Cómo es ello posible? Aquí entra, creo, la complejidad del problema. Las personas poseemos cada una nuestra historia particular, nuestra trayectoria, vivencias, creencias, ideologías, percepción de la realidad y del mundo... Y estos elementos juegan un papel muy importante en la hora crítica de posicionarse ante situaciones límite o de emergencia. Por ejemplo, ninguna persona, incluso los científicos, está exenta por completo de ser abducida por una determinada ideología o creencia, sea de índole política o religiosa o de cualquier otro tipo. Y las creencias, todos lo sabemos, ejercen una influencia sobre la voluntad y el pensamiento mucho más poderosa que la razón. Sin ir muy lejos, los testigos de Jehová no admiten transfusiones de sangre, aún a riesgo de perder la vida. Quedan aún conciudadanos que no comen carne los viernes de Cuaresma y creen en la resurrección de los muertos. Incluso médicos y científicos. Respetable, no digo que no, pero cosa muy alejada de la razón. Quiero decir con esto que la creencia no es amiga de la razón. Al final, con las creencias hemos topado. Ciencia y creencia como realidades contrapuestas. Ambas tienen el noble objetivo de buscar la verdad, aunque por caminos bien distintos: la ciencia, por el método científico. Y siempre acompañada por la duda, la pregunta, la incertidumbre. Su medio de difusión, las revistas de prestigio reconocido. La creencia lo basa todo en la fe. Y sus acompañantes perennes, la certeza, el dogma. Y su medio de propaganda en el caso que nos ocupa, Discovery Salud, su libro del Apocalipsis. 

Tampoco yo me libro de la fe. Creo en la Ciencia. Pero no a ciegas, sino cuando aporta pruebas y evidencias. Creo en la honestidad de los investigadores científicos (aunque haya habido a  lo largo de los años algunas sombras muy dañinas y nada ejemplarizantes). Y, a pesar de los pingues beneficios económicos que se embolsa la industria farmacéutica, me reafirmo en la eficacia y la seguridad de las vacunas. Sería impensable el nivel de "normalidad" que disfrutamos hoy de no haber sido por ellas. Mucho contagio, sí, pero mucha menos  mordida que hace un año. La pandemia no ha expirado, pero ya da sus últimas bocanadas. Y deberíamos estar satisfechos de algunos éxitos parciales conseguidos hasta la fecha, entre los más importantes, la ejemplar respuesta de un sistema sanitario público, la mejora de la gobernanza nacional, con luces y sombras, claro está, y la gran confianza de la población española en la vacuna como elemento clave en la protección frente al virus. Ninguna creencia, sino sólo la Ciencia nos sacará de este atolladero. Estoy en la esperanza de que las vacunas serán el fin de la pandemia o convertirán al Covid en un virus familiar y estacional parecido al de la gripe.

¡Que así sea!

      

49 comentarios:

  1. Muchas gracias Fili, no se puede decir mejor, lo difundire todo lo que pueda.

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  2. Joder Fili, está vez te lo has currado bien.

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  3. La creencia feroz de que todos debemos estar vacunados con sustancias desconocidas, QUE CAUSAN NUMEROSAS MUERTES Y PROBLEMAS GRAVES en personas sanas y niños ¿no es pura demencia?

    Los procedimientos médicos que no respetan los derechos universales del paciente con tal de inocular a Dios y su madre ¿no son una vergüenza patente propia de miserables?

    Los políticos, que malgastan el dinero público e impulsan medidas discriminatorias, anticonstitucionales y antidemocráticas, lavándose las manos ante las reclamaciones por muertes y terribles efectos adversos diciendo que los que les hicieron caso se vacunaron libremente, ¿no son estirpe de Caín?

    Médicos por la Verdad, abogados, investigadores científicos, enfermeras, policías... que denuncian CON DATOS Y ARGUMENTOS las mentiras y contradicciones de la política plandémica ¿están todos paranoicos?

    Los medios de comunicación cerrados en banda para rebatir la realidad, con datos falseados, negando evidencias y apelando a la propaganda más descarada y obscena buscando la vacunación universal ¿son creíbles o sirven a su amo?

    Las grandes corporaciones de Internet que han liquidado la LIBERTAD DE EXPRESIÓN y se dedican a cortar cabezas de disidentes en plan exterminadores a sueldo ¿merecen otra consideración que la de mafias nazis?

    Todos ellos se mueven como un monstruo sin conciencia ávidos de inocular su preciado veneno a toda costa. ¿De verdad quieren salvarnos?

    ¿Dónde está el bien? ¿Dónde está el mal?
    ¿Qué mal hacen quienes confían en la NATURALEZA en vez de confiar en los fármacos que ya estaban diseñados antes de iniciarse la Plandemia?
    Por sus obras los reconoceréis.

    Detrás de las vacunaciones sólo veo oscurantismo, totalitarismo y maldad... y no estoy loco.
    ¡Cuidaos de los Idus de marzo!

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    1. Tú mismo, Pedro. Llevas un año menospreciando a los borregos. Deja que yo, por una vez, exprese mi posición sin insultos ni desprecios.

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  4. Muy trabajado por el Dr.Fili. Aunque estoy muy deacuerdo con la opinion de Pedro Calle.

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    1. Gracias, amigo desconocido. Cada uno es cada uno. Con respeto se puede dialogar de cualquier cosa. Las preguntas angustiadas y exaltadas que hace nuestro amigo Pedro tienen respuesta lógica, razonable y consensuada por la inmensa mayoría de la comunidad científica y de la ciudadanía en general. El problema es que tenemos una especie de diálogo de sordos. No nos escuchamos. Cualquier respuesta que yo le diera sería baldía para él. Un saludo.

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  5. Yo no sé tampoco quien es Pharma.es, pero le agradezco su opinión.

    Es posible que cierta angustia reflejen mis palabras pero como Lot estoy dispuesto a marcharme lejos de esta Nínive ensimismada en su frivolidad, materialismo y acomodatismo.

    Fili, a tu discurso covidiano pongo dos pegas: los datos y argumentos surgidos de la propaganda del Nuevo Orden y la fe ciega en la bondad de la ciencia.
    Tampoco comprendo que los médicos apliquen una terapia que saben a ciencia cierta que puede causar muertes y enfermedades graves. Me parecería más lógico que pararan esa terapia e investigaran mejor.

    Y, por supuesto, el Covid asumiendo la función del Coco me parece infantil, pese a las infinitas manipulaciones, rectificaciones y contrdicciones con que nos lo vendan aprovechando el control mental televisivo.

    Paz y amor, pero también verdad y libertad.
    ¡Cuidaos de los Idus de marzo!

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    1. La Ciencia, Pedro, no admite la fe ciega. La Ciencia se equivoca y rectifica. La fe ciega es propia de la Creencia. No es lo mío.
      Los médicos aplican las medidas que consideran más adecuadas para prevenir y para curar. Pero tú sin ser médico ni tener experiencia ni conocimientos clínicos das por hecho de una manera inamovible que los médicos ofrecen medicinas perjudiciales. Eres la releche. Podrías considerar que puede que estés en un error. No eres capaz de reconocer algo tan evidente como las muertes evitadas por las vacunas. En fin, allá tú.

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  6. Dos opiniones distintas,dos opiniones encontradas,dos maneras de mirar diferentes.No existirían la una sin la otra.
    Como todos sabemos los polos opuestos producen la luz.
    Un abrazo queridos amigos

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    1. Gracias, Rafael. Lo que pasa es que mi posición a este respecto me parece mucho más sólida que la de Pedro. Yo me apoyo en los datos de la ciencia y en mis propios conocimientos médicos. El se basa en superstición,y creencias.

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  7. Me ha encantado, artículo a la altura del coco que has sido siempre. planteamiento serio y documentado y especialmente didáctico. Como dice algún amigo nuestro, para mí, con demasiada condescendencia y paciencia hacia los tierraplanistas de mágicas creencias. 👍👍👍

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  8. A mi también me ha encantado tu artículo. Y, como bien dice Jaime, realmente didáctico.
    Yo ya sabía de tus buenas formas y tu paciencia, pero la que demuestras intentando argumentar con algunas personas ... ! Se lo merecen?
    Gracias por dejarnos leerte, aprender y disfrutar.

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    1. Gracias, Paco. Me conoces lo bastante bien para saber que mi grado de tolerancia con el prójimo es muy grande. Creo que la mejor forma de entendernos las personas es hablando. Creo que para eso inventaron el lenguaje nuestros ancestros. Jajaja.

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  9. Bienvenido tras el parentesis navideño, me reconforta apreciar que el chip de la tercera dosis no parece haberte afectado.
    Y es que eso de los antivacunas, con sus microchips, me parece de lo mas esperpentico, porque digo yo, se podrian haber estado utilizando estos dispositivos en los ultimos años, por ej. en la triple virica de los niños y asi podrian programarse desde muy pequeños y no querer hacerlo con los mayores a estas alturas, con beneficios mas limitados para los que lo han ideado. En fin es una idea.
    Y de los antivacunas quisiera encontrar algo convincente que sostuviera sus posturas. Entiendo que las bases cientifica en que se han basado muchas de nuestras profesiones no son conocidas por ellos, no estan en su universo y han hecho de su actitud una especie de religion mal entendida, hasta llevarlos a veces a una especie de fanatismo, para conseguir "salvar" a la humanidad de esas fuerzas del mal disfrazadas de ciencia.
    Podria ser una excentricidad, pero desgraciadamente el virus y sus consecuencias son tan graves, que sin menoscabar la libertad de los antivacunas, deberiamos trabajar mas en aclararles con datos reales a esos indecisos, que no tienen una informacion seria, como esta la situacion.
    Ah! se me olvidaba, como pueden explicar que gobiernos de tan distinta ideologia e intereses se hayan puesto de acuerdo en este contubernio de las vacunas

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    1. Es difícil de entender, sí, Juan. Pero es lo que hay. Hoy todo el mundo entiende de todo, y se permite autoproclamarse autoridad en cualquier materia. Afortunadamente, los españoles, en su inmensa mayoría apoyamos las vacunas, como lo demuestra el altísimo porcentaje de vacunados. Hoy he leído algo de un filósofo inglés que, ya en el siglo XVIII dijo algo escandaloso para su época, pero que cobra una actualidad profética en nuestro siglo: cualquier creencia que carezca de evidencia es moralmente incorrecta. Un abrazo.

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  10. Para ser sincero, tantas muertes y diagnósticos de PCR yo no los he visto. Mi visita al hospital (permitida al cabo de unas dos semanas del ingreso de mi hermano, cuando ya le habían aplicado la primera dosis de sedación terminal), me permitió ver un panorama casi desierto y con escasa actividad por parte de las enfermeras; médicos no vi.
    Los trombos en vía hepática dieron la cara al día siguiente de la primera vacunación de mi hermano. Al segundo día tras la vacunación, mis hermanas le ingresaron en Urgencias al verle amarillo y decaído.
    El grafeno es un tóxico que por vía sanguínea puede causar daños graves en cerebro, riñones y corazón. Varios análisis independientes han corroborado la presencia del grafeno en considerable cantidad en todas las vacunas anti-covid.
    La CIENCIA dice que intoxicar a las personas con grafeno es radicalmente destructivo y desaconsejable.
    A la hija de una amiga, ya lo he comentado, el grafeno de la vacuna anti Covid le ha producido ataques de epilepsia que tienen a la madre totalmente angustiada.

    Grafenaros todo lo que queráis con cuantas dosis os ofrezcan e ignorad que estáis destruyendo vuestro sistema inmunológico. La elección es personal.

    Siento no poder evitaros a vosotros y a mi propia familia los riesgos terribles que asumís, no necesariamente a corto plazo.
    Sólo lo podéis hacer vosotros.

    Dejo los datos cambiantes y fluctuantes, dudosos y manipulados para quien quiera creérselos.

    Consideradme una estúpida voz en el desierto que os sugiere prudencia y sentido común y os alerta de que no pongáis vuestra confianza alegre y frívolamente en sustancias manifiestamente muy dañinas que ya estaban elaboradas antes de la Plandemia, así como el pasaporte Covid europeo.
    Si preferís enrocaros en la propaganda taimada que no da los datos de las muertes y efectos nocivos de las vacunas, ni admite debates, estáis en vuestro derecho y libre albedrío.

    Pero, ¿de veras estáis tan indefensos y necesitados de protección experimental como para jugar a la ruleta rusa con vuestra salud?

    Y, por favor, reflexionad sobre ese fanatismo que nos achacáis, maniobra típica para confundir al oponente adjudicándole los propios males o errores. Aunque yo no soy oponente de nadie, a excepción de quien me quiera enfermar o someter a su voluntad.

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    1. Por favor, Pedro. No metas a tu hermano en esto. Tú mismo dijiste que murió de un cáncer de páncreas. Y ahora pretendes culpar a la vacuna.
      Por Dios, Pedro...No estás loco, no. Estás obsesionado, obcecado... qué sé yo. Prefiero cortar este bucle, por favor.

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  11. Una cosa es creer, sospechar, dudar y después afirmar y otra conocer. Conocer es propio de la ciencia. Lo demás es tantear y afirmar con grave riesgo de error. Los negacionistas lo son de muy diferentes elementos relacionados con la pandemia del coronavirus. Pero dadas las evidencias no se puede negar que existe el coranavirus, que se contagia, que por su causa han muerto millones de personas, que hay varias vacunas que son eficaces y no se puede afirmar con evidencias y pruebas que las vacunas contienen microchips de control, etc. Además dar por ciertas creencias que no pueden demostrarse con pruebas que son verdaderas ni siquiera es decente. En el caso de no vacunarse poniendo en riesgo la vida propia y las demás es como ir a 250 km con el coche por una carretera y pretender que es un asunto de tu libertad personal. Pensamiento crítico en lugar de creer consignas.

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  13. Magnífico artículo. Yo por suerte y gracias a la ciencia y a ti hoy puedo leerlo. Tus buenas maneras me conmueven, pero dudo que valga para algo razonar con las personas que, para mantener sus principios estrafalarios, se alejan de ella.

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    1. Muchas gracias, Rafa. Seguiremos en el intento de que la razón y el buen juicio imperen entre todos nosotros. No pierdo la esperanza. Un abrazo.

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  14. Mi hermano descubrió que tenía cáncer de páncreas después de vacunarse. Las semanas anteriores a la vacunación se quejaba de dificultades en las digestiones y le aconsejamos ir a su médica.
    Ésta le advirtió que podía tener algo grave y debía hacerse unas pruebas médicas. Al salir de la consulta le dio por vacunarse y a partir de ahí se le produjo el trombo en vía hepática.
    En nuestra última conversación, con sedación terminal aceptó que la vacuna le podía haber dado la puntilla y que el cáncer se lo había podido causar el exceso de radiaciones electromagnéticas pues se dedicaba casi todo el día a bajarse cómics del ordenador, a jugar on line y a ver películas.
    Cada cual con sus razones.

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    1. Estás en un grave error. En esto hablo con contundencia porque es terreno de mi completa competencia. He diagnosticado y tratado a muchos pacientes con cáncer de páncreas. Y te digo con toda solvencia que el cáncer de páncreas nada tiene que ver con la vacuna. Que la trombosis venosa del eje espleno portal es bastante común como complicación del cáncer. Y tú das por hecho algo completamente equivocado. Hazme caso, Pedro. Sufrirías menos.

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  15. Concedo que puedo estar equivocado, pero mis sospechas se fundan en la aparición fulminante del trombo tras la "vacuna" y que las trombosis son reconocidas por los fabricantes de las "vacunas" como posible efecto adverso. Amén de los casos que se van conociendo de infartos fulminantes en deportistas, niños y personas sanas antes de vacunarse. Trombos y miocarditis no son casos aislados.
    En cualquier caso lo importante no es tener razón o no, lo importante es salvar la vida. Por ello, yo no quiero comprometer innecesariamente mi sistema inmunológico y ser un conejillo de indias.
    A Pepe (¿Montes?) he de decirle que su argumento de la velocidad es muy molón, pero no tiene el menor sentido.
    Si él se vacuna ¿de dónde se saca que los no vacunados le vamos a infectar? Y si así fuera ¿qué mierda de "vacuna se ha puesto?
    Fili, me gusta dialogar y aepto la polémica pero las presiones filibusteas y los chantajes emocionales no me van.
    A lo mejor, toda la discusión estriba en que vosotros miráis hacia fuera y veis peligros que os sobrepasan y yo miro hacia dentro y pienso más en mis debilidades, en mí mismo.
    Un abrazo y expresémonos libremente en amistad, si no me doy de baja.
    Pido disculpas si he ofendido a alguien.

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    1. Pepe no es Pepe Montes. Es un amigo y paisano mío, excelente profesor de ética. Por supuesto que estoy por un diálogo sereno y razonable. Bueno...Hasta otra. Jajaja.

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  16. Me disculparán ustedes si no atino a ver la contradicción entre los principales argumentos manejados por los dos diestros de esta apasionante discusión; tan ciertos me parecen los de El Fili como los de don Pedro. Lo que no explica uno, lo explica el otro.

    Como El Fili, no dudo de la novedosa aparición de un virus destacado por su desaforada contagiosidad, frente al cual se han alzado las conocidas vacunas. El enemigo existe y las vacunas se le oponen con diversos grados de eficacia. La prudencia impide conducirse como si el peligro no existiera. Y no veo que don Pedro haya escrito lo contrario.

    Como don Pedro, por una parte, no dudo de la falta de casualidad en la aparición del virus, y entre esta y el consecuente mercado internacional de vacunas, que no se dispensan gratis; y por otra parte, tampoco dudo de la sempiterna guerra fría o lucha de poder de ciertas élites, en cuyo tablero de juego son piezas las armas biológicas, la desestabilización económica y el dominio y selectiva implantación de las nuevas tecnologías. Y no veo que El Fili haya escrito lo contrario.

    Un saludo para los ponentes. Es un honor leer lo que ambos escriben. Suyo, Juan Calavera.

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    1. Bienvenido al debate, sorprendente Juan Calavera. Como resumen, está muy bien lo que escribes. Y yo aceptaría sin pestañear los argumentos que pones en boca de don Pedro. Pero es que no es tan así. Don Pedro afirma sin rubor que las vacunas son mortíferas y que los médicos hacemos mal en en aplicar y aconsejar tales venenos. Habla de chips de control, de manipulación genética a través de las vacunas; niega la pandemia, minimiza las muertes, demoniza la Ciencia... En fin, me quedo con tu resumen. Ojalá fuese así de bonito. Un saludo.

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  17. Amigo Juan, permíteme el tuteo.
    Aunque resulta halagadora la mención que me haces con el don incluido, considero preferible el trato llano que no dispare mi incorregible vanidad.
    Agradezco tu consideración y deseos de acercar posturas. Por mi parte, encuentro tu intervención muy acertada.

    La 3ª guerra Mundial, silenciosa, biológica, con armas de control mental basadas en tácticas hipnóticas desde los medios de comunicación, especialmente desde la tele, ya está causando numerosos estragos sociales y víctimas inconscientes.

    Aunque el patógeno que causa esta covidiana enfermedad, hasta cierto punto semejante a la gripe estacional, debe existir (¿cómo voy a negarlo?), otros factores se le alían muy probablemente, como las radiaciones electromagnéticas, el grafeno encontrado en productos de Mercadona, las varillas de los PCR, los virales de las "vacunas" (en mayor cantidad) y los vertidos tóxicos en la atmósfera, que no debemos pasar por alto.

    Esta guerra la van ganando los intereses farmacéuticos, la desinformación y las medidas autoritarias tendentes a segregarnos y aislarnos.

    Las reacciones lógicas contra un enemigo desesperado por someternos cuanto antes desde el miedo y todo tipo de mentiras orquestadas, está teniendo lugar en muchos países, colectivos y personas conscientes.

    Las "vacunas" anti Covid son un arma biológica descarada. De ahí el afán mórbido por inocularlas a toda costa a toda la población.
    Para ello se apoyan en un pasaporte vergonzoso de manipulación evidente para convencer a los jóvenes, en la "vacunación" indiscriminada, anti hipocrática y lesiva, que ya es totalmente descontrolada y está deteriorando seriamente el sistema inmunológico de gran parte de la población.

    Como dijo el sabio: Cuando el dedo señala la Luna, mucha gente se queda mirando el dedo.
    Yo también fui un ingenuo ignorante y no dudo que otros puedan despertar como lo estoy haciendo yo. Lo deseo sinceramente de todo corazón.

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  18. Mil ensayos que yo escribiera acerca del tema del negacionismo jamás podrían alcanzar el grado de perfección que tú, amigo Pedro, consigues darle al tema. Creo que, para mis lectores, la cuestión no puede ser más obvia.
    Hasta pronto, Pedro.

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  19. Gracias, Fili.
    Mira, si puedes, qué hay detrás de la Plandemia, más allá de los datos apabullantes y machacones. (Lo que no se dice en TV).
    ¿Qué prefieres, lectores o Verdad?
    ¡Cuídate de los Idus de marzo!
    Un abrazo y perdona mi pesadez.

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  20. Querido amigo José Maria. Si en el artículo anterior te desahogastes a gusto, en este te lo has trabajado para hacer un buen diagnóstico de la situación. Comparto tus reflexiones y me preocupa que en este tema como en otros de importancia para la convivencia se imponga, como decían los griegos, la doxa, es decir la mera opinión al mismo nivel que la episteme, o sea, el conocimiento. Es evidente que el tema suscita controversia como demuestran la cantidad de comentarios. Pienso que es fruto, más del espíritu inquisitorial que nos domina que al posible debate sobre la cuestión. Sabemos que la vacuna no evita la transmisión del virus, luego vacunarse es un acto que sólo beneficia o perjudica a quien se la pone. En consecuencia deberíamos respetar la libertad de cada persona de vacunarse o no en función de sus temores o creencias, buen sea a la enfermedad o a los posibles efectos de la vacuna. Al principio se produjo un linchamiento mediático de quienes se "colaron" para vacunarse y ahora lo hacemos con los que se lo están pensando. Insisto, has hecho un excelente diagnóstico en la loable tarea de aclarar la cuestión y preocuparte por la salud de las personas que te leen, animandonos a vacunarnos desde el conocimiento, el respeto y el bien hacer que te caracteriza. Un abrazo

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    1. En efecto, querido amigo, en elmomento presente la vacuna no debería ser obligatoria. En España no lo es. Ni deberíamos estigmatizar a los no vacunados, cierto. Pero en las primeras olas no sabíamos lo que hoy sabemos; y fue por ello, creo, la "necesidad" de presionar desde los medios a vacunarse, porque creíamos que era un deber moral hacia la comunidad. Las cosas han cambiado, tenemos otro escenario más favorable, pues muy bien.
      Un abrazo, y muchas gracias por tu sentido de la concordia.

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  21. Un auténtico placer la sensated de tu comentario, Antonio.
    Cada cual pone su confianza en lo que cree más oportuno y adecuado para sí, pero todos debemos ponerla en el respeto mutuo y la libertad de elección o libre albedrío.
    También me parece sensato buscar la Verdad entre todos sin pretender imponer nuestra parte de verdad a nadie.
    El militarismo, la tiranía y sus secuelas homicidas o genocidas no son un buen camino.
    Un abrazo.

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    1. Ea, por fin encuentras a alguien que te comprende, amigo Pedro. Jajaja.

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  22. En Australia los no vacunados han perdido todos sus derechos quedando así estigmatizados por el nuevo nazismo y en Austria se les impondrá multas a quienes no se vacunen por primera vez tras un corto periodo de advertencia para que se lo piensen.
    Voy a necesitar a más de un amigo como Antonio para escapar de la razzia covidiana.

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    1. No, no. En eso estoy de acuerdo contigo, y muchas más personas, también. En el estado actual del conocimiento, considero que no hay razones científicas para obligar a la vacunación, directa o indirectamente mediante el certificado Covid. Estoy de acuerdo contigo. Lo que no puede ser es que afirmes con total displicencia que las vacunas son armas biológicas descaradas. Eso, no. Ni siquiera mi buen amigo Antonio puede permitir semejante disparate.

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  23. Desconociendo la profesión de D.Pedro Calle, que entiendo que deberá ser de los mejores en la suya (abogado, arquitecto....), No entiendo como puede usted dudar de la exposición razonada del Sr. Rivera, siendo como es una verdadera autoridad en su profesión, desarrollada en amplia vida profesional,y no solo él, sino tantos, sanitarios, y otros profesionales, que incluso han pagado con su vida, que ahora cuando tenemos una solución llamada vacuna, y que se está demostrando que salva muchas vidas humanas, haya personas que sin conocimientos médicos, hagan dudar a muchos si ponérselas o no.
    Usted tiene todo el derecho del mundo a opinar y pensar como mejor crea, pero por respete la magnífica clase que nos ha impartido desde su experiencia y conocimiento el Sr. Rivera
    Le pido perdón si con mi crítica se ha molestado, pero si no se es experto en una materia, mejor no publicarla, se puede hacer más daño que el beneficio que se pretende. Un

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    1. Muchas gracias, mi querido amigo Juan por tus cálidas palabras hacia mi persona. La verdad es que me las merezco. Jajaja. Yo creo que tú llegaste a conocer a Pedro Calle Ballesteros en los Ángeles ¿no? Por el seguimiento que tengo de su blog, sé que es un maestro jubilado. Creo que ha sido un magnífico docente, con dedicación y empeño. Como ninguno somos perfectos, a él le ha tocado ser un abducido por las teorías conspiranoicas desarrolladas en la revista de divulgación Discovery Salud. Y le ha sucedido algo parecido a lo de don Quijote: que de tanto leer libros de Caballería se le ha secado el "selebro".
      Espero, Pedro, sepas encajar con hidalguía esta broma.
      Un abrazo para los dos.

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  24. Muchas gracias por vuestros reconocimientos.
    Lo que he sido hasta hoy, ya es historia intrascendente, ahora soy un superviviente que lee libros, artículos y noticias que me dicen que el mito de las vacunas salvadoras de la humanidad, salvo honrosas excepciones, no es más que caca de la vaca.
    Es duro superar un egrégor tan dominante y arraigado como el de las vacunas anti infecciones.
    Hay mucha fe en quienes se vacunan cada año contra la gripe. Y mucha más en las terapias experimentales, (diseñadas con anterioridad a la crisis Covidiana), habida cuenta de los estragos y muertes planetarias que está ocasionando.
    La fe es libre. Y, por si aún no ha quedado claro, una cosa es la Ciencia, que nos descubre los misterios de la naturaleza y la materia y otra las sustanciosas aplicaciones farmacéuticas, cuando no las aplicaciones militares en manos de intereses minoritarios y carentes de control ciudadano.
    ¿Debo recordar, una vez más, que nadie se hace cargo de los daños de las "vacunitas" Covid, salvo el pobre infeliz que, amedrentado, se las inocula?
    La fe es libre, cada cual abraza la que mejor le parece, incluido yo, que cuido mi sistema inmunológico con una dedicación casi religiosa.
    El sentido común es lo que vengo reclamando en estos blogs.

    Creo que sufrí una abducción en una nave pleyadiana hace ya cerca de 40 años, (Registro Akhásicos dixit), pero luego me devolvieron a mi casa y no he vuelto a tener noticias directas de aquellos amables pleyadianos.
    Puede que esté loco de tantas lecturas pero no gilipollas, con perdón.
    Un abrazo y a seguir con los pinchazos, que cada vez son de mayor calidad científica e imagino que proporcionarán cierto gustirrinín arrebatador y seguridad inmarcesible.
    (Si a alguno se le ha caído la venda de los ojos, podría decirlo, que sabré apreciar debidamente su compañía en la ímproba tarea que desempeño).

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    1. Bueno,pues visto lo visto y leído lo leído mientras más lo niegas más creo en la ciencia y por ende en las vacunas.Un abrazo.

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  25. Creo, amigos, que el tema se ha agotado. En breve escribiré otro artículo para cambiar de tercio.
    Muchas gracias a todos por vuestras aportaciones.

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  26. A mí el tema no se me ha agotado, pero entiendo tu posición y me despido discretamente. Gracias una vez más por vuestra inmensa paciencia. Un abrazo, compañeros.

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