Esta vieja es muy graciosa. Nada más entrar en la consulta ya viene pregonando con todo su desparpajo que es la vieja más guapa y salerosa de todo Dos Hermanas. Da gusto tratar a pacientes con ese ánimo. Se curan solos.
Hoy trae el empeño de que le ha salido un bulto "aquí detrás" que la tiene escamada. "Me tiene usted que ver el bulto, eh, no se le vaya luego a olvidar con las prisas". Con esas mismas prisas la estaba ya despidiendo cuando se para en seco y me espeta:
-Entonces ¿qué?, ¿que no me va a ver el bulto?
-¡Ay!, perdona mujer, se me olvidaba.
-Ya lo sabía yo.
-Venga, a ver, aquí mismo, de pie -la vieja viene con tres capas de ropa, todas negras por viudez: un abrigo, un vestido enterizo y su visillo-. ¡Qué antigua Dios mío!, su visillo y todo...
-Antigua no, decente ¿se entera usted? Y además, que está el día fresquito.
-Vale, vale -con la ayuda de una hija le arremangamos el hato hasta llegar a las bragas traseras.
-¿Dónde está el bulto?, aquí no hay más que pellejos.
-Toque usted, haga el favor -le cojo el cachete pendulón, lo aprieto, lo suelto, lo vuelvo a coger...Nada.
-Aquí no hay nada mujer, quédese tranquila.
-¿Y entonces..?
-Entonces, que me parece a mí que tenías muchas ganas de que yo te tocara el culo, ea.
-¡Cómo lo sabe! -se va riendo la puñetera.
Lástima que sólo me pase esto con las viejas.
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