lunes, 3 de junio de 2013

La bulla me come.

En los últimos días he recibido quejas amistosas y bienintencionadas de alguno de mis más fervientes lectores por el desacostumbrado retraso en la salida de nuevos relatos. ¡Oye!, como dicen los cordobeses castizos, ¡que las criaturas no "semos" escopetas!

Han coincidido varias circunstancias: mi dolencia cardíaca y de tiroides, de las que gracias a Dios y a mi médico ya me estoy alejando; la elaboración minuciosa de la declaración de la renta de la Peque y mía (que resulta que al superar equis miles de euros anuales no nos proporcionan cita previa, ¡pero si este año hemos ganado menos..!), y, por último, pero lo más importante, por haber estado atareado en la preparación de dos eventos de singular emotividad para mí, el nonagésimo aniversario de mi padre y el sexagésimo cumpleaños de Jaime. La bulla me ha comido.

Os pido paciencia. Ahora tengo que centrarme en ultimar el borrador del libro del que os hablé. Es una selección corregida de los artículos más leídos de este blog. Se va a titular: historias de mi consulta y otras imprudencias. He considerado otros títulos, por ejemplo, medicina emocional, el médico imprudente, la cara humana de la consulta, consulta y confesionario, secretos anónimos de mi consulta...

Como hay tiempo, acepto sugerencias. Venga valientes, que es por una buena causa. 

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