domingo, 21 de octubre de 2012

Addendum del conejo

Queridos míos: al escribir el artículo sobre el conejo no he calculado bien el berenjenal donde me iba a meter. Tendría que haber caído en la cuenta de que muchos de vosotros sois gotosos. Más de uno ya me ha escrito quejándose del tema; no pueden disfrutar del conejo de campo por mor de la gota, qué le vamos a hacer; pero es que tampoco pueden hacerlo con el de ciudad; y no por no ser comestible, que sí lo es, y muy sabroso por cierto, sino porque no se deja comer. Es una lástima, es verdad. Si lo pienso antes no lo hubiera escrito. Pero ya, a lo hecho, pecho. Lo que haré será arengar a las propietarias de esos animalitos tan tiernos y peludos para que sean desprendidas ofreciendo comida al hambriento que, además de dar satisfacción al instinto más básico de nosotros, los hombres, es una obra de caridad. 
 
A ver si cuela.

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