Caravanas de coches, lazos naranja, manifiestos de padres, profesores ¡y niños! a las puertas de colegios concertados, curas de consular papada vomitando culebras desde el altar contra la ministra, obispos desbocados atizando las ascuas de la discordia, don Demetrio, lastimero, teatralizando penas desde su catedral: "Dejadnos aire a los católicos..." ¿A qué tanto revuelo? ¿Efectos secundarios de la vacuna, y yo sin enterarme?
¡Ah! ¡Qué de razón la de Machado con aquello de españolito que vienes al mundo!... Somos tremendos. Ocho leyes distintas de Educación desde que somos demócratas. Imposible del todo que nuestros políticos consigan acuerdos unánimes sobre cuestiones tan fundamentales como la educación, la sanidad, el paro o las pensiones. Ni siquiera, y esto es ya para nota, sobre las medidas de contención del virus. Porque son partidistas, no hombres de Estado. Porque son -y lo somos todos- auto excluyentes. Y la ciudadanía, mejor no menealla. Para los españoles, en general, cualquier cosa que decida un gobierno que no sea "de los nuestros" estará mal. Mucho más ahora, con estos comunistas... Se nos atragantan, oye. No tenemos arreglo. Y luego queremos compararnos con los alemanes, mismo.
A todo esto, tanto ruido para tan poca sustancia. Naturalmente, como casi todo el mundo, yo no me he leído la Ley. Lo que sé es por los medios (El País, 23-11-2020). Sigue siendo una ley confesional y receptiva con los gustos de la Iglesia, uno hubiese esperado sacar la Religión de las escuelas. ¿Por qué, entonces, tanta rabieta? Bueno, pues por lo dicho antes: somos así los españoles, al enemigo, ni agua. Y también porque nos cuesta mucho que nos priven de privilegios. No se cierran los centros de Educación Especial, se incentivará la inclusión de discapacitados en las aulas normales y se derivarán a centros especiales a aquellos alumnos que lo requieran. El Español no desaparece de las escuelas, como tan sibilinamente dejan caer algunos medios. Lo de la lengua vehicular en catalán ya venía siendo una práctica ordinaria desde 2013, y la Generalitat lo va a seguir practicando, diga lo que diga el Tribunal Constitucional. Que la Religión deje de contar en el expediente es algo que se cae de su peso... A quienes, como nosotros, nos hemos criado en la cultura del esfuerzo, nos resulta chocante que se pueda pasar de curso con suspensos, incluso superar un ciclo formativo arrastrando algún suspenso, si el claustro cree que el alumno ha alcanzado los objetivos de etapa. Es verdad. Pero reconocemos que también era injusto, en nuestra época, que un alumno "bueno" se quedara rezagado de su curso por la "manía" de algún profesor, que también lo hay. No sé...
Pero no nos engañemos. El meollo de la cuestión es el cañonazo de esta Ley dirigido contra la línea de flotación de la escuela concertada: el elitismo. No digo que todos los padres que eligen la concertada lo piensen, pero la mayoría de los manifestantes de lazos naranja, personas de un consolidado caché social, y otras con aspiraciones, temen el ser desposeídos de un privilegio "de casta": que sus hijos se mezclen con "los otros". Ése, y no otro, es el quid. Bueno, ése y que la Iglesia pueda perder alguna prebenda. Esta Iglesia nuestra que tan requetebién se maneja en los negocios de Dios... y en los del César. Sobre todo en los del César. No veo por ningún resquicio que se atente contra la libertad de elección de los padres. Porque resulta que el cuerpo central de la ley busca el equilibrio en la distribución del alumnado desfavorecido o de renta pobre. En la actualidad, nueve de cada diez niños de renta familiar baja estudian en la escuela pública. Cercanía del domicilio y renta familiar serán los criterios principales de selección. Y otro punto candente: todos los centros, tanto públicos como concertados, estarán obligados a aceptar a hijos de inmigrantes que lleguen fuera de plazo, con el curso ya iniciado: "matrícula viva" , le llaman a eso. Cosa que hasta ahora sólo lo hacían los centros públicos. Se busca poner fin a los "guetos" escolares. Y, por último, no habrá suelo municipal disponible para la creación de nuevos centros concertados. La enseñanza concertada, subsidiaria de la pública. Como creo que debe ser.
Sin embargo, podemos suponer todos que estas medidas bien intencionadas van a tener muy poca repercusión práctica en la vida real. Porque los colegios concertados -negocios, al fin y al cabo- suelen concentrarse en los centros de las ciudades, con lo que la accesibilidad de los niños desfavorecidos que viven en las periferias, y mucho menos de los inmigrantes, va a seguir igual de reducida. O sea, la vida sigue igual. O casi. Y eso lo saben los interesados. Lo sabe la Iglesia. Están desconcertados y rabiosos. Y sin motivos. Pero da igual. De cualquier asunto, algunas personas patrióticas y de orden hacen interpretaciones torticeras con el único objetivo de desgastar todo lo posible a este desgobierno social comunista. Que no lo tragan, oye.
Una reseña ahora para lo del cheque escolar. Habemos gente pa tó. Me he enterado, por las redes, que hay personas que defienden lo del cheque escolar. Veamos: que resulta que como yo no pienso llevar a mis hijos a la escuela pública, entonces que el Estado me devuelva la parte de mis impuestos consignada para ello en forma de un cheque, y luego... yo ya, ya yo, veré a qué colegio privado los llevo... Que es que si no, pago dos veces la escuela: con mis impuestos, la pública que no utilizo; y con mi bolsillo, la privada. La verdad, sin pretender ofender a nadie, pero me recuerda un montón a mi vecina del 1ºB, que no paga su parte del arreglo del ascensor porque dice que ella no lo usa. Me cuesta entender estas actitudes, estos pensamientos. Yo pienso que la parte de mis impuestos destinada a la enseñanza no solo alcanza a mis hijos, sino también a los hijos de otra gente que no puede pagar tanto como yo, porque no tiene trabajo o porque no gana lo suficiente como para tener que declarar. En definitiva, el cheque escolar generaría una sociedad aún más dividida, es abono para la planta del sectarismo, los míos con los míos; los tuyos con los vuestros. Y yo no quiero eso. Creo en el Estado de la solidaridad, de la cohesión y de la justicia social.
Amén
José Maria, estudiamos en el mismo Sitio, teníamos las mismas aspiraciones (curar las almas) pero seguimos viendo la vida de la misma forma, pero a ti te enseñaron a esplicarlo mejor. Un abrazo amigo Fili
ResponderEliminarQuerrás decir a escribirlo mejor. Porque de labia tú vas sobrao. Jajaja.
EliminarHe dado clase en institutos públicos a un sordo ciego que llegó a la universidad. Terminó la carrera Geografía e Historia.
ResponderEliminarVarios alumnos paralíticos cerebrales con problemas graves de movilidad pero no de inteligencia. Dos de ellos son universitarios también y uno de ellos doctor. El doctor no podía escribir porque no podía controlar los movimientos de sus manos. Le hacíamos los exámenes orales y protestaba si no le hacíamos los exámenes mismos de sus compañeros y el mismo tiempo. No quería lástima sino igualdad y justicia. Para el sordociego teníamos el apoyo de la ONCE que les traducía los libros a Braille. El que llegó a doctor nos grababa las clases y así estudiaba.
Había un grupo de discapacitados intelectuales que acudían a algunas clases con el resto de alumnos y para las más difíciles tenían profesores especialistas en pedagogía terapéutica. Mi centro desde 1991 hasta 2005 fue el IES Alhaken II de Córdoba.
Mis propios hijos estudiaron en un centro de integración con alumnos sordos y oyentes.
A todos en todos los casos les vino bien mezclarse. Yo mismo aprendí bastante de esa inclusión.
Esto no es nuevo de esta ley. Y algunos colegios de educación especial siguieron abiertos para casos especiales.
Pepe Ramírez
Profesor de Filosofía y Ética.
Gracias, Pepe. Tu experiencia nos ayuda.
EliminarComo persona y como maestra me siento totalmente identificada con tu exposición. No se puede argumentar mejor.
ResponderEliminarEscuela pública y de calidad para todos y quien no se sienta cómodo llevando a sus hijos a centros apolíticos, aconfesional es, integradores y básicamente humanos que se pague la privada que responda a sus inquietudes.
Besos de tu amiga montalbeña, Rosario.
Muchas gracias, Rosario. Un abrazo.
EliminarAmigo José María, lo has dicho casi todo en tu relato sobre la ley y la educación. El ejemplo de tu vecina con el ascensor, refleja de maravilla nuestra realidad provinciana nacional de siempre, que no de ahora.
ResponderEliminarPor lo que tengo entendido, el meollo está en las ayudas de Estado que obligan a prestar a los colegios el servicio público, por el que fueron adjudicadas.
Hoy día con los medios informativos al minuto, todo el mundo se entera de todo, aunque alguien nos quiera contar el cuento del lobo.
Juan Martín
Yo también lo entiendo así, Juan Martín. Pero sobre todo, aclarar que la nueva Ley propone cosas tan sensatas y lógicas que uno no se explica por qué tanto revuelo.
EliminarRelato claro y diáfano de la situación de la Educación en nuestro país,una pena que sea así, pero más pena aún ver cómo en cualquier tema que nos ocupe aparecen las dos Españas de A. Machado; si a todo esto le añadimos la hipocresía de partidos políticos como VOX que llevaban desde 2016 en su programa electoral la desaparición de colegios de educación especial es pos de una educación inclusiva, y que ahora se manifiestan acusando falsamente al gobierno de turno de querer hacerlos desaparecer, el cóctel es desconcertante, tanto como el desconcierto de la concertada.
ResponderEliminarPena de país que ni sobre asuntos de estado es capaz de ponerse de acuerdo en lo que debería unirnos.
Gracias, desconocido.
EliminarEsa frase, tan común por otra parte, de "al enemigo ni agua" define perfectamente toda la inquina que está reforma ha concitado. Poco importa lo que se diga en el texto de la ley, lo importante es recalcar, para quien se muestra en contra de esa ley, que es "socialcomunista".
ResponderEliminarGracias por tu exposición Fili.
Gracias, Paco. Es triste, sí. Pero metámonos todos. También a nosotros, gente de izquierda, nos cuesta aceptar las bondades de "los otros", que algunas tendrán... Jajaja
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ResponderEliminarBuen y atinado relato de la no tan nueva Ley de Educación ( por cierto Cada vez le ponen un nombre más feo se puede llamar LLOMLOE UNA BUENA Ley!)
El caso es que la tan vilipenduada última ley educativa que regirá la vida de los colegios e institutos, es más o menos "cambiar para que nada cambie" pues seguirá manteniendo los privilegios de la iglesia católica, entre ellos, la religión (en el currículo y en el horario lectivo obligatorio en un Estado aconfesional), segregando a los alumnos en función de las creencias; seguirá pagando a los profesores de religión nombrados por los obispos, cuya principal misión es catequizar y hacer proselitismo religioso; además, de seguir permitiendo que en los centros escolares de la red pública haya símbolos religiosos. Y todo esto en un Estado democrático que por naturaleza debe ser laico, lo que no quiere decir que rechace o excluya a la religión. El laicismo por definición protege todas las creencias, también las religiosas, en su desarrollo individual, pero protege igualmente a la sociedad de todas ellas. Manda guevos que haya que echar en falta a La derecha liberal de la primera mitad del Siglo pasado. Intereses espurios
Por todo eso, querido amigo, extraña tanto las reacciones exageradas de la derecha y de la Iglesia. No se les ha "quitado" nada. Ladran, luego temen. Eso sí.
EliminarNo tengo nada contra los católicos y sus ritos, la mayoría apropiados de otros cultos.
ResponderEliminarCreo, esta es mi fe, que la católica iglesia es una lacra ignominiosa desde hace muchos siglos y actualmente para la Humanidad.
Repasando un poco: orgías en el Vaticano, papas envenenados, "Santa" Inquisición, asociación sin melindres con los regímenes fascistas o autoritarios, pederastia generalizada y encubierta por obispos y cardenales, entre quienes no faltan grandes pederastas, concordatos con exención de impuestos, inmatriculaciones dolosas, imposición de sus creencias en las escuelas públicas, negocios mafiosos y falsedad en sus declaraciones sobre el infierno, el pecado, la reencarnación para tener aborregados y atemorizados a los “fieles”...
Lo que me dolería en el alma, es que de nuevo arrebataran a la ciudadanía el dinero de sus impuestos para seguir sometiendo las mentes hacia la oscuridad, para mayor riqueza y gloria de los gerifaltes católicos.
¿Cuándo dejarán de aprovecharse de la inocencia e ignorancia de la gente? ¿Cuándo reconocerán sus pecados y se arrepentirán del daño que vienen haciendo desde hace tantos siglos? ¿Por qué no los hemos podido expulsar de la escuela pública todavía? ¿Cuántos aliados demoniacos han conseguido introducir en su organización?
¿Vendrá algún día un Mesías que nos libre de esta maldición?
Te has explayado bien. Yo no soy capaz de llegar a tanto. Pero estoy muy cerca de tu posición.
EliminarEscuela debe ser el motor de la sociedad o se mueve pasivamente por lo que la sociedad impone?
ResponderEliminarLos que nos administran sólo son ese “administradores” deben mantenerse al margen del debate. La sociedad debe ofertar una escuela que sea: “Una, pública y pluralista”. Todas las escuelas si son pagadas con dinero público deben tener la misma estructura. Desde programas que luego se adaptarán, hasta profesorado que será seleccionado por capacidades y no por amiguismo o afinidad ideológica.
La escuela lleva años fallando en nuestro país. Hay suficientes medios y sin embargo seguimos a la cabeza del fracaso.
Las leyes no van a modificar el inmovilismo del sistema educativo. Una vez más creo que la gran reforma que luego se debería plasmar en leyes, debería seguir el camino inverso a éste. Los colectivos educativos irán elaborando proyectos que al final se presentarán y debatirán en los parlamentos. Cuando las leyes se imponen, tanto la gente como los mismos poderes, hacen la vista gorda. Los enseñantes tienen el derecho y la obligación, en participar en las leyes que los van a organizar y a dar sentido a la enseñanza.
Los de siempre defienden un tipo de escuela concertada, para poder llegar algún día a la meta, que será la escuela privada subvencionada por el estado.
Creo que la religión es catequesis y como tal, tiene su lugar en las parroquias y en los grupos de formación cristiana o de la religión que sea. Aunque creo que los valores de la espiritualidad, no deben desaparecer de la vida de la gente joven.
Para mi criterio, tu posición es acertada, coherente y sabia.
EliminarY creo que si en España fuésemos capaces de apartar la ideología en asuntos tan troncales como éste, la cosa sería muy distinta. Porque tenemos medios y profesionales capacitados.