martes, 27 de marzo de 2012

Informática sí, pero buena

Hoy he tenido un día espeso. No vayáis a creer que soy un santo por tantos antecedentes de misas y rosarios a mis espaldas. Tengo mis prontos, y mis días malos. Como hoy. Y lo pagan mis pacientes. Por lo general soy, en boca de la Peque, ascuitas en la calle y cenizas en mi casa, o sea, un ángel en el hospital y un ogro de puertas adentro. Algo habrá de eso. Hoy mi ángel se ha esfumado.
Lo tengo comprobado. Uno de los hechos que provocan mis cabreos repentinos es la avería o el bloqueo del ordenador. Otro, que algún paciente se presente en la consulta sin cita, por su cuenta, un paracaidista, como los llamamos en nuestro argot.
Contra este último elemento he encontrado una solución que nos contenta a todos: les doy mi número de móvil para que libremente me llamen si me necesitan. Y entonces yo les aconsejo, o directamente les doy una cita programada. Soy un maniático de mi agenda en la consulta. Me incomoda mucho que los pacientes tengan que  esperar, casi siempre voy adelantado al horario previsto. Incluso abandono antes de tiempo las sesiones clínicas de la mañana para no llegar tarde a mi primer paciente. En esta dinámica tan estricta se puede comprender que un paciente añadido, inesperado, altere mi tiempo de respuesta a los demás, y me cabreo. Como digo, este problema lo tengo casi solucionado.
Lo otro es más morrocotudo. Cuando el ordenador se bloquea puede estar horas de brazos cruzados, el muy cabrón.Y no se trata de  darle a escape o de reiniciarlo, es un problema del servidor de un programa maligno que se llama Diraya. La madre que lo parió. El caso es que no puedo seguir con la consulta.
Desde hace años la dirección del centro pretende que trabajemos sin papel, sin la historia clínica de antes a base de carpetas y más carpetas, sino solo en soporte informático, como se dice ahora. Vale, he sido uno de los principales valedores de esta nueva forma de trabajar porque permite un más fácil acceso a la información médica y puede mantener al mismo tiempo la misma o mejor confidencialidad. Y me he entregado tanto a la causa que todas mis historias están en ese formato. Y el día que falla, me quedo echando chispas. Y no es un día aislado. Hoy ha sido uno, y no será el último.

Cuando llegan los técnicos con dos o tres horas de retraso empiezan a toquetear aquí y allá, como haciendo probaturas, como si no tuvieran una idea de por dónde va la cosa. Y entonces me cabreo más todavía. ¿Cómo es posible que este programa falle tanto?- les recrimino. "Es que lo están usando mucha gente al mismo tiempo". Joder, les respondo, yo enciendo la tele en mi casa y millones de criaturas al mismo tiempo en las suyas, y no por eso se avería.
Lo reconozco. No tengo paciencia con estas cosas. Llego a mi casa a las tantas, malhumorado toda la tarde y con mala conciencia, he dejado a los técnicos amohinados y a mis pacientes preocupados por faltarles costumbre de verme de esta manera.

La única ventaja que tienen tardes como ésta es que la Peque no me provoca mandándome a comprar al Mercadona.

4 comentarios:

  1. Tampoco es tan malo ir al Mercadonna. Estas cosillas te dan tema para regocijo de tus lectores. Gracias

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  2. ay mi mamita que es más bonita!!! Te voy a llamar... bueno mejor te hago señales de humo que dice Pepe q hay que ahorrar....

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  3. Bueno José Mª, tras tu oportuna llamada alorden ya me he puesto al dia leyendo "todos" tus escritos, que como sabes me gustan tanto el contenido como la manera de contar las cosas. Como era de esperar predomina lo escatológico y sexual, pero te hago el comentario en éste porque aunque hablamos bastante no sabía que teniamos la misma respuesta "emocional" ante los que tu llamas paracaidistas y nosotros "no demorables" o sea, los pacientes que acuden sin cita. Experimento exactamente, tal como hermanos siameses, lo mismo que tu cuentas, mi caracter predominantemente amable se transforma en irritable. Lo peor es que ello provoca errores de los que me suelo arrepentir, pero sigo sin consiguir evitar esas emociones negativas de cabreo.
    Un abrazo y sigue informandonos y entreteniendonos con tus "historietas"

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  4. ¿Será que tu también tienes el gen Rivera?

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