domingo, 13 de diciembre de 2020

¿Racismo o pataleta?

Estamos en un imaginario partido de fútbol de la Champions. Un lance del juego -una dura entrada- se salda con tarjeta amarilla para el jugador infractor. Cosa normal. Desde el banquillo, un miembro del cuerpo técnico del equipo castigado salta furioso y con aspavientos vociferando contra la decisión arbitral. Bastante normal también. El árbitro, severo, de éstos que no aguantan ni un puñado de tábarros en el culo, se echa mano al bolsillo y corre hacia el banquillo visitante con la clara intención de expulsar a quien haya sido. Pero ahora no acierta a saber quién. El banquillo lo ocupan seis hombres entre entre primer y segundo entrenador, masajista, médico y técnico. El árbitro, a la carrera, pregunta a su auxiliar, pegado a la banda y que lo ha presenciado todo: "¿quién ha sido?" Ahora nos toca imaginar que todos los ocupantes del banquillo son hombres blancos, y que el técnico que se ha sobrepasado en las protestas es de pelo rubio. El auxiliar solo conoce el nombre del primer entrenador, no el de los demás. Ninguno lleva un número asignado (el dorsal) en sus respectivas indumentarias. Y el cuarto árbitro, entonces, le dice al árbitro principal: "ha sido el rubio". ¡A la puta calle! Y ya está. Nada hubiera sucedido.

Pero resulta que no era rubio, sino negro, el hombre protestón. Rubio no es racista, rubios son los nórdicos, tan guapos y ricos todos ellos, pero negro, sí. Y ahí está el problema, pienso. ¿Por qué ofende decir negro todavía hoy? "Ha sido el chico negro" -dijo el auxiliar. Y se armó la de san Quintín. "¿Por qué me llamas negro -sigue la protesta-. A un blanco no le dirías el chico blanco, ¿a que no?" Pues sí, mire usted, en un banquillo donde todos fuesen hombres negros, menos uno blanco, quizás el auxiliar hubiese dicho sin problema "ha sido el chico blanco". De nada sirvieron las razones del cuarto árbitro intentando disculparse. Que en su país, Rumanía, "negru" se aplica al color sin ningún ánimo despectivo, a diferencia de niger, que sí lo lleva. Nada. Todos los jugadores de ambos equipos se conjuraron en contra del cuarto árbitro y abandonaron el campo en señal de protesta ejemplarizante. Y se suspendió el partido.

Uno está por la labor de creer que el cuarto árbitro no tuvo ninguna intención de ofender, que le salió de una manera espontánea y precipitada. Encontró en el color de la piel la manera más rápida de identificación del reo. Nada más. Podría haberlo señalado con el dedo y ya está: "ha sido ése". Se equivocó. Mi posición es que se piden disculpas, y se acaba el problema. Creo que más que racismo, en esta ocasión la cosa fue un asunto de pataleta. Creo.

Sed prudentes, amigos, que la vacuna está al caer.  

12 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Utilizar el color de piel para insultar en el siglo actual, amigo José María, es un signo de carencia de valores que cada cual usa a su manera, según su conveniencia.
    Un abrazo amigo José María.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Claro. Pero posiblemente el auxiliar no lo usó como insulto, sino como manera de identificarlo. Ahí está la cuestión.

      Eliminar
  3. Explica un lingüísta que si dice "el hombre negro" es adjetivo y se puede admitir. Al decir "el negro" es sustantivo y por lo tanto racismo. Unos mamarrachos los jugadores que se crispan y aprovechan la ocasión para hacer el numerito. Si el caso por desgracia hubiese sido con una mujer, entonces derecho a una balacera.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En el siglo que vivimos deberíamos haber aprendido ya a usar palabras normales como negro, moro, judìo... desprovistas de cualquier tufo despectivo.

      Eliminar
  4. Muy acertada tu reflexión querido amigo. Mientras dedicamos nuestra "rebeldía" en asuntos como éste, los graves problemas pasan delante de nuestras narices sin que pestañeemos ante ellos.
    Por ejemplo: predicciones científicas de la extinción a consecuencia del calentamiento global de tres cuartas partes de los habitantes del planeta para fin de siglo y la mitad para 2050 de continuar nuestro actual modo de vida. Militares golpistas sin consecuencias, de momento. Un grupo de inmigrantes explotados laboralmente y recluidos en un zulo en un pueblo de Murcia. Inmigrantes en condiciones infrahumanas mueren en un incendio en la racista Badalona, etc. En fin muchas causas por las que protestar...

    ResponderEliminar
  5. Se rebotaron, en mi opinión, no por racismo, que fue la excusa, sino porque el cuarto árbitro actuó como un sádico chivato,(funcionario asesino), y esto les sentó fatal.
    El blanquito del cuarto árbitro les jodió las risas que pensaban echarse a costa del árbitro principal desorientado.
    Ofende quien puede, Fili.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja, Pedro, pero si tú no eres futbolero... El cuarto árbitro está para eso. Yo creo que lo suyo es recuperar con normalidad palabras habituales que deberían ser ya, a estas alturas del siglo, neutras, inofensivas. Un abrazo.

      Eliminar
  6. Amigo José María !!!
    Aplaudo y comparto tu reflexión!!! Mejor no se podría explicar !!! 👏👏👏👏👏

    ResponderEliminar
  7. Sí, ya sé quién eres: Ángel Cazorla.

    ResponderEliminar