domingo, 20 de diciembre de 2020

Un susto padre

Ya sabéis que mi siesta -cada vez más corta- es algo consustancial a mi entidad como ser humano. De tres a cuatro de la tarde no soy persona.

-¿A qué hora te puedo llamar? -es una pregunta habitual.

-Después de la siesta, cuando quieras.

Pues esta tarde mi amigo Fernando Palomo me ha llamado antes de la siesta. Pero no ha sido culpa suya. Lo ha hecho a las cinco. Lo que ocurre es que hemos tenido la Peque y yo una comida familiar en un restaurante, y toda mi rutina se ha ido al traste.

Que resulta que necesita mi opinión para quedarse tranquilo. Que la madrugada pasada, sobre las seis, después de levantarse para orinar se cayó redondo al suelo, golpeándose duro en la cabeza y en en el centro del pecho. Debieron ser segundos de inconsciencia, y al despertarse se vio rodeado por su mujer y su hija, y con una brecha en una de las cejas.

En el traslado en coche hasta "San Juan de Dios" de El Brillante iba el pobre acojonado pensando en que le había sobrevenido un infarto, porque le dolía un montón el centro del pecho, donde se había golpeado. Bueno, finalmente todo quedó en nada. Doce puntos de sutura en la ceja y una fisura en el esternón.

Lo que ha tenido Fernando se denomina en el argot clínico un síncope miccional. Y he querido contároslo (con su permiso) para vuestro conocimiento por si alguna vez os veis envueltos en parecida situación.

Llamamos síncope a cualquier pérdida momentánea de conocimiento. El típico desmayo o la lipotimia. Lo que ocurre es que no todos los síncopes son tan "benignos". Los hay "malignos", esto es, heraldos de algún evento cardiaco grave que nos acecha a nuestras espaldas. Y la mejor manera de empezar a diferenciar a los buenos de los malos es conocer de primera mano (de la boca del paciente) las circunstancias en que tal síncope se ha producido.

-¿Le dijiste a la doctora que el desmayo te ocurrió después de haber orinado? -le pregunto a mi amigo.

-Se lo dije, pero al final.

-¿Cómo que al final?

-Sí. Cuando ella vio que el electro, la radiografía y la prueba del azúcar eran normales, entonces ya todos tranquilos, me hizo algunas preguntas, y ya le conté que había sido después de orinar.

-Pues si se lo hubieses dicho desde el principio quizás os hubieseis ahorrado tanto susto e incertidumbre.

En los síncopes "benignos" siempre hay un dato, un hecho que damos por desencadenante de un reflejo vagal que ralentiza el corazón en extremo y produce hipotensión muy marcada: la visión de la sangre, un susto, una emoción, una noticia desagradable... o un vaciado rápido de la vejiga durante la noche. En este caso, síncope miccional. En otras ocasiones, estos síncopes buenos pueden ser producidos por efectos secundarios de la medicación antihipertensiva. Y siempre el desmayo viene precedido por unos "avisos" -los pródromos- en forma de palidez, sudoración, mareo, visión borrosa... Por contra, en los síncopes "malignos" no encontramos ningún factor externo aparente ni pródromo alguno. Simplemente te caes de sopetón, sin previo aviso. Unas veces -las que más- te recuperas, pero quedas advertido de que hay que mirarte el corazón; y otras -las que menos-, te quedas muerto pa siempre, a no ser que haya alguien cerca que inicie las maniobras de reanimación. De ahí que sea tan importante, ante un síncope, conocer esas circunstancias que lo han rodeado.

-¿Y qué puedo hacer para que no me ocurra otra vez? -pregunta Fernando.

-Mea sentado. Y tu mujer te lo agradecerá también.

-¿Y meando sentado se evita esto?

-No lo sabemos; pero el golpetazo es más suave. 


Y ahora, toda la gente que me lee de Palenciana estará cuchicheando quién será el tal Fernando Palomo. Tan solo he dado una pista.



2 comentarios:

  1. Se agradece esa información tan precisa acerca de las lipotimias.
    Existe otra causa que creo ya ha sido comentada: al levantarse de la cama muy rápido y tratar de movilizarse sin dar tiempo a la sangre para llegar al cerebro, se puede producir un síncope inesperado, como le pasó a mi hermano Edu en la mili.
    Para la gente de nuestra edad, se aconseja incorporarse suavemente cuando se quiere ir a mear a medianoche y esperar unos minutos antes de dirigirse al aseo. Mear sentados ya lo veníamos haciendo también por otras buenas razones.
    Otro problema que puede provocar accidentes nocturnos, principalmente, son los vértigos. Una vez me di un buen porrazo en el váter por esta causa, afortunadamente sin consecuencias graves.
    Aquí es preciso controlar la mirada y los movimientos bruscos de la cabeza, además de agarrarse a donde mejor se pueda mientras dura el descontrol posicional que ocasiona el vértigo.
    Salud y alegría.

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