jueves, 29 de octubre de 2020

¡A perimetrarse...!

Como previendo lo que iba a pasar, la Peque y servidor nos dimos ayer un buen festín de naturaleza pura. Bellotera y castañera. Solos los dos en un sendero amigable y frondoso dentro del esplendor del bosque de cobre. Entre Igualeja y Pujerra. Muy recomendable el paseo para cualquier persona cuando salgamos del perimetraje. ¡Qué sensación de plenitud respirar a solas la inmensidad del universo boscoso! ¡Penetrar su intimidad insondable! En otros tiempos hasta hubiese caído un revolcón improvisado. Ahora, a mi edad, lo único bochornoso que me puede ocurrir en estos parajes misteriosos es un apretón de los míos. 

Sentí lástima de la triste quietud en esos pueblos del Genal. Apenas tres ancianos por las calles, una de ellos con su toquilla negra al uso antiguo de nuestras abuelas. Todo cerrado: ni tiendas de souvenirs ni bares... Júzcar, el pueblo azul de los pitufos, era un pueblo fantasma... Ni siquiera el tenue y apocado ruido de una fuente natural en una calle se atrevía a quebrar el silencio litúrgico de un lugar muerto. Tuvimos que almorzar en Ronda. 

Intenté imaginarme estos pueblos, como años atrás con mi familia, con el bullicio de los urbanitas, con sus calles atestadas de turistas y las tiendas a tente bonete, al estilo de lo que he visto tantas veces en Pampaneira o Bubión, en las Alpujarras. Y me dio pena. Cierto que era ayer un día poco apropiado, un miércoles, de acuerdo. Pero uno esperaba otro ambiente.

Y hoy, y mañana, y el puente de Los Santos... Todo seguirá igual. Tanta casa rural ya firmada que se quedará cerrada; tanto hotelito con encanto; tanto restaurante con guisos de castañas... Triste, muy triste.

Y más triste pensar que acaso nos vemos así por nuestra mala cabeza. No voy a machacaros otra vez con este asunto de la responsabilidad individual que tan mal hemos gestionado. Ya está bien de monserga. Quizás -solo digo que quizás- los propios hosteleros, uno de los sectores más perjudicados con esto del perimetraje, hubiesen tenido que esmerarse más en hacer cumplir a los clientes las normas establecidas. No lo sé. Y puedo entender que, tras tantos meses de cierre obligado, los propietarios de un negocio deseen resarcirse, claro. Pero en éstas estamos.

Y del gobierno... Hablaremos mañana.

5 comentarios:

  1. Itaque Transierunt gloria mundi. (Y así pasó la gloria del mundo)

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  2. Y así pasaron las glorias del mundo. Esperemos que otras lleguen. jajaja

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  3. El virus no anda solo amigo José María, está esperando que alguien lo lleve de un sitio a otro, como un cazador al descuido esperando la pieza.
    Lo mismo que venimos haciendo sin tapujos ni remilgos, con toda la parafernalia de los adelantos, el ser humano con todo bicho viviente.
    Y ahora nos sorprende sentirnos cazados como los zorzales en la percha.
    Un abrazo amigo Fili.

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  4. Que recuerdos me traes de mis 11 años en Ronda, aquellos pueblos que tantas veces recorrí, aquellos paisajes y aquella gente que a veces tratabas en el hospital y que después te acogian en sus casas. En fin me has hecho sentir nostalgia pero la vida tenía que seguía su curso.

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  5. Se me debe haber expandido la neurona cerebral, porque había descubierto el fallo en la traducción de la sentencia latina antes de que lo corrigiera "el especialista".

    Como reflexión ante este artículo, se me viene a la mente que todo es una ilusión, y la falsemia una pesadilla.

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