miércoles, 25 de marzo de 2020

Día 11. Las chicas de Montalbán

Hubo un tiempo hace ya algún lustro, cuando la lozanía de juventud decidía distanciarse de nuestros cuerpos serranos ( y de los de nuestras santas), en que uno de los atractivos más secretamente conocidos de los encuentros primaverales de nosotros, los curillas, era sorprendernos de la indomable belleza de Inés, mujer que había dado con la piedra filosofal de toda dama: detener su tiempo. Tiposa, guapa y esbelta, era la diana de nuestras miradas -de los más salidos, claro- y la envidia sana de nuestras mujeres. Ni siquiera su jonda prosodia montalbeña restaba un átomo a su helénica presencia. Era nuestra Penélope Cruz particular. Todos recordamos con guasa aquel año en la estación de Luque en que Miguel Estepa, su afortunado marido, se presentó a la reunión sin ella. Lejos de decepcionarnos, nos alegró aún más el día, puesto que su nueva acompañante superaba en elegancia, juventud y frescura a nuestra esperada Inés. Con la espontaneidad de su humor innato y tan ocurrente, Miguel, mientras escanciaba su vino, comentó por lo bajini con Manolo Cosano y Rafael Ruiz, que se había separado de su mujer y que venía con la nueva. El rumor se propagó cual veloz coronavirus por todo el cónclave de curillas: "Miguel viene con una nueva. Más guapa todavía que Inés"...  Se trataba de su hija Paqui que ese año sustituía a su madre en nuestra convención. Las cosas de Miguel. Agraciados, los que somos sus amigos.

Pero, sabed que Montalbán no es solo tierra de melones y ajos. Que sí, que eso es el tópico, y que la crisis china por el virus este les ha venido muy bien para vender más ajos que nadie en el mundo. Pero ayer me enteré de una noticia de esas que hay que difundir: Montalbán, aparte de emprendedor, es pueblo de heroínas. Y entre ellas, nuestra admirada y querida Inés. La cosa es como sigue:

Al parecer, ya antes del comienzo del confinamiento, Inés y algunas amigas más, alumnas antiguas de un taller de costura, estaban madurando la idea de trabajar con sus máquinas desde casa para fabricar mascarillas a gran escala, anticipándose a los hechos, como les ocurre a los buenos estrategas. Hablaron con personal del Ayuntamiento, y la Corporación les dispuso todo el apoyo posible. Se comprometió el alcalde a comprarles el material necesario de paños y telas; pero ni siquiera hubo necesidad de tal: la tienda de chinos donde pensaban comprar todo ese material, al enterarse de los fines, les ha regalado todo lo que han necesitado. Todo gratis. Y a día de hoy ya han abastecido de mascarillas a los hospitales de Cabra, Montilla y al mismísimo Reina Sofía de Córdoba. En las redes se pueden encontrar textos de agradecimiento de estos hospitales  a las heroínas de Montalbán.

Como soy de fácil lágrima, me produce una emoción escalofriante comprobar cómo en momentos críticos las buenas personas saben sacar lo mejor de sí mismas para ayudar a los demás. Este es el ejemplo: cada cual, desde su posición, debe intentar hacer algo por arrimar el hombro. Y creo que lo estamos haciendo. Luego, ya indagando, me entero de que esta iniciativa de las mascarillas y otros enseres de protección sanitaria se está llevando también a cabo en otros lugares como Lebrija, Los Palacios, Dos Hermanas, que abastecen a mi hospital de Valme. Y que el hotel de Bellavista, frente a mi hospital, ha ofertado sus camas para dormitorio de aquellos profesionales que no deseen dormir en sus casas para proteger a sus familias. Y estas cosas me llenan de orgullo.

Hoy, por tanto, en el aplauso desde el balcón tendré muy presente a Inés, a Miguel y a todo Montalbán. Y a la buena gente del mundo.

2 comentarios:

  1. Gracias, querido José María, por"cantarle" a mi pueblo. La mujer montalbeña es belleza y gracia en movimiento. Inés, efectivamente, es una de las bellezas del pueblo. Te has quedado un poco corto al compararla con Penélope Cruz. Pero lo que verdaderamente las hacen guapas es su interior. Montalbán es un pueblo generoso que da lo que tiene sin perder el paso. Allí no hay forasteros porque son adoptados de inmediato. No me extraña el detallazo de Inés y sus compañeras de arrimar el hombro en estos momentos tan difíciles que nos ha tocado vivir. Me uno a tu felicitación henchido de sano orgullo. Tengo que decir también que Inés ha sabido 'comprar". Miguel, mi colega, es canela en rama. Un abrazo, maestro.

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  2. Gracias, Antonio. He estado pocas veces en Montalbán, pero doy fe de lo que dices. Bástenos solamente el teneros como amigos a Manolo, Miguel y a ti mesmo para conocer la profunda bonhomia y gracia de tu pueblo. Un abrazo grande que consiga abarcarte to lo ancho. Difícil lo tengo. Besos telemáticos.

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